El 31 de Mayo 2019 | 16:34
'Pokémon GO', el gran salvador de los videojuegos. Un lanzamiento que hizo temblar los cimientos del medio lanzando a millones de personas a la calle para hacerse con estas criaturas virtuales que nos han acompañado durante más de veinte años. Un hecho difícil de olvidar y que aún sigue más vivo de lo que se acostumbra a pensar, gracias a aquellos jugadores y jugadoras que siguen haciendo piña en calles y centros comerciales para derrotar a enemigos de raids y conquistar gimnasios enemigos.
Entiendo el romanticismo de 'Pokémon GO'. En mi caso fue mi primer juego —un 'Pokémon Amarillo' que me abrió las puertas del medio a la tierna edad de los seis años— y, sin duda alguna, el culpable de que ahora me encuentre trabajando en la industria. Siempre fue un sueño el hecho de "convertirse en entrenador Pokémon". Y esa es, salvando las distancias, la principal premisa del título de Niantic. El salir a la calle, retar a otros jugadores, atrapar Pokémon salvajes y recorrer una pequeña aventura transmutada en la realidad junto a nuestros compañeros. Y todo esto bajo la premisa de que el título nos "obliga" a salir a la calle.
Sin embargo, siempre lo he entendido como un romanticismo demasiado frágil; que espera demasiado del jugador. El título tardó más de dos años en incluir listas de amigos o la posibilidad de intercambiar criaturas. E incluso así todavía se encuentra desprovisto de funciones sociales, como chats, grupos o solicitudes de ayuda. Y aquí igual peco de escepticismo, pero no me hace falta que 'Pokémon GO' me obligue a salir de mi casa.
Pokémon hace nuestras vidas algo mejor
El anuncio de Pokémon Sleep lleva días dando vueltas en mi cabeza. Porque no deja de parecerme un giro sorprendente hacia un punto más oscuro. «Nuestro día a día es ahora más colorida, activa y gratificante» citan en su peculiar tráiler, antes de presentar el nuevo dispositivo. Pero no siento que Niantic o The Pokémon Company me hayan hecho ningún favor. Quiero decir, agradezco que me adviertas de que no debo entrar en propiedades ajenas, pero esa voz de la consciencia del profesor Oak me parece tan lógica como el hecho de no montar en bici en la oficina.
Entiendo el movimiento y es difícil no recordar a Satoru Iwata y sus constantes esfuerzos por hacer de sus consolas algo más que entretenimiento. Pero me cuesta ver al más que ello en este Pokémon Plus +. Monitorizar el sueño para subir de nivel a nuestros Pokémon suena a un sistema de gamificación tan extremo que parece sacar a relucir nuestra ansiedad constante para con el paso del tiempo y nuestra producción a lo largo del mismo.
Es una necesidad que desconocía que tenía y que, lo reconozco, me incomoda. Aún juego a 'Pokémon GO', pero lo hago siempre que tenga espacio para ello y tiempo libre; no necesito salir corriendo a capturar criaturas a cada momento que estoy disponible. La Sincroaventura ya parecía una posibilidad pensada precisamente para paliar con nuestras vidas diarias, pero la llegada de Pokémon Sleep la intuyo casi como un recordatorio de obligación para con el juego.
La solución es fácil. Por supuesto. Y estoy seguro que es a la primera conclusión que se llega leyendo estas líneas: no utilizar la función y todos felices. Pero no deja de resultarme inquietante como Niantic ha hecho evolucionar su magnum opus hasta el punto de permitirnos jugar mientras dormimos; que el entretenimiento no pare nunca. Solo es una opinión personal, pero lo veo excesivamente lejos del sentimiento de Iwata. Al fin y al cabo no deja de ser un todo por el entretenimiento.