OPINIÓN

'Persona', o cómo preferí vivir una vida virtual antes que la mía propia - La Zona

Ya faltan pocos meses para que salga 'Persona 5', el juego que provocará una oleada de suspensos durante la época de exámenes universitarios. ¿Por qué nos gusta tanto?

Por Jonathan León 11 de Noviembre 2016 | 20:40

A todos nos pasa que de vez en cuando, un amigo vuelve a engancharse a 'Los Sims'. O nosotros incluso. Es el típico juego al que vuelves porque te han entrado unas ganas repentinas enormes y porque algo hay que hacer para aplazar las responsabilidades en forma de estudios, trabajo, etc...

Es el juego procrastinador por excelencia. No son pocas las veces que me he encontrado hablando con algún conocido diciéndome que en vez de estudiar para el examen de la semana que viene, se ha puesto a crearse a sí mismo en 'Los Sims', a construirse su casa, y a hacer mil cosas más. Siempre sale la misma broma recurrente: "No quiero ponerme a estudiar en la vida real pero en el juego ya me he sacado tres carreras". Que absurdo, ¿no?

La saga de Maxis es experta en hacernos procrastinar, pero por experiencia propia, eso es algo que dura uno o dos días como mucho. Hasta que se te pase ese arrebato repentino de ganas (o termines tus responsabilidades). Si hay una saga que no solo nos insta a evadir nuestros quehaceres, sino que además nos mantiene enganchados día tras día y semana tras semana, esa es 'Persona'.

La vida del estudiante, la vida mejor

'Persona 5' va a salir en febrero. Época en la que muchos estudiantes universitarios justo habrán acabado la temporada de exámenes y estarán libres para echarle el guante, mientras que a otros igual les pilla todavía empollando. A decir verdad, siento mucha envidia por los primeros, y me compadezco de las notas de los segundos.

Por aclarar las cosas para aquellos que no conozcan la serie, los 'Persona' son JRPGs desarrollados por Atlus, con sus típicos combates por turnos y todo, en los que los protagonistas son capaces de manifestar su psique a través de entes llamados Persona, los cuales utilizan para combatir. Sin embargo, a partir de la tercera entrega sufrieron un giro radical, y a la parte de combatir, subir de nivel y explorar mazmorras, se le añadió otra no menos importante: la de simulador de vida social.

En 'Persona 3' por ejemplo, que es al que yo estoy jugando, por el día llevas una vida normal de estudiante de instituto. Vas a clases, quedas con amigos, haces actividades extraescolares, trabajas a media jornada en algún sitio, o simplemente te das un paseo por la ciudad a ver qué hay. Todo esto es importante cuidarlo, ya que influye también en la trama y en cómo luego, por la noche, encaramos a las monstruosas sombras de la torre del Tártaro. Y la verdad, doy gracias a que este juego me ha pillado ahora que he terminado los estudios, porque a saber el efecto que habría tenido en mis exámenes.

Pero, ¿por qué nos atrapan tanto los juegos acerca de la cotidianeidad y el estilo de vida mundano si es lo que vivimos cada día? He leído muchas definiciones del término "videojuego" como sistema lúdico que basa su entretenimiento en plantear desafíos al jugador y recompensarle cuando los supera, para que sienta que el esfuerzo no ha sido en vano. Amén, claro está, de ponernos en la piel de personajes totalmente distintos a nosotros y en mundos de fantasía o ciencia ficción ¿Cuál es la gracia entonces de jugar a un juego de ir al colegio y hacer amigos?

Tal y como yo lo veo, es porque se trata de una representación lúdica de la vida misma. Nuestro día a día también tiene desafíos y recompensas, pero todo sea dicho, no mola tanto porque nos afecta directamente. La gran mayoría preferimos tener suerte, que todo sea fácil y que las recompensas nos lleguen por las buenas. Otra cosa es que luego sea así, pero lo que es seguro es que cuando una persona se queda sin trabajo o se parte un brazo no dice "bien, es el reto que buscaba".

En cambio en un juego es distinto. El éxito de estos "simuladores de vida" radica en permitirnos vivir sin consecuencias nefastas. La esencia del ludus está ahí, solo que traslada ese reto vital a los mandos. En 'Persona' por ejemplo, tenemos que aprobar exámenes y saber llevarnos bien con la gente para construir los llamados Social Links. Ambas cosas también hemos de hacerlas en la vida real, pero es todo mucho más complejo, y el castigo por hacerlo mal es bastante peor. La realidad asusta, pero aquí no pasa nada. Es solo un juego, nos sentimos más seguros.

A mí parecer, 'Persona' lo hace mucho mejor que 'Los Sims'. Quizás no abarca tantos aspectos de la vida cotidiana, pero profundiza más en ellos. Quiero decir, puedes elegir atender en clase o no, y si lo haces, más te vale recordar lo que han dicho para cuando toque hacer el examen. Y luego está el tema de los Social Links que comentaba, con personajes profundos y variados que pueden caernos más o menos en gracia y determinar nuestra vida escolar. Por no hablar de que, bueno, también es un JRPG sólido con una trama interesante que hila ambas vertientes con mucha soltura.

Lo que intento decir es que existe un efecto poderoso en estos simuladores que hace que nos cueste despegarnos de ellos. Tal vez un anhelo por vivir una vida ideal y a nuestro gusto en la que los obstáculos no sean tan infranqueables como en la realidad. O quizás es que son juegos pensados para no acabar nunca, en el caso de 'Los Sims', o para ser extremadamente largos, en el caso de 'Persona'. Al final, de una forma u otra, acabamos enganchados sin reparo. Y qué quieres que te diga, siempre preferiré olvidarme de todo y fingir que soy un colegial japonés que intenta sacar buenas notas al tiempo que lucha contra monstruos que ponerme a trabajar. Joder, de verdad que lo siento mucho por los que tengan exámenes en pleno febrero.

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