Menudo año el que hemos disfrutado con Nintendo Switch. No hay lugar a dudas de que la consola de la empresa nipona ha disfrutado de un estreno espectacular con títulos impresionantes capaces de quitar el hipo a cualquier jugador, y eso claramente se ha demostrado con las nominaciones a Game of the Year en los recientes días. Los juegos de la híbrida portátil aparecen en todos los Tops, desde el apasionante 'ARMS' hasta los clásicos recuperados como 'Mario Kart 8'. Pero seamos claros: hay dos juegos que han destacado más que nunca, que nadie niega su excelencia. Hablo, por supuesto, de 'Super Mario Odyssey' y 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild'.
Estos dos títulos de renombre compiten con otros tantos juegos por el premio de juego del año, pero incluso así hay muchas voces que no han dejado de resonar desde marzo diciendo que ninguno de los dos supera a sus contrapartidas de Nintendo 64, 'Super Mario 64' y 'The Legend of Zelda: Ocarina of Time'. Ha pasado ya un tiempo, estamos cerca del cierre de año y veo necesario que nos sentemos para reflexionar sobre esta cuestión. ¿Es mera nostalgia o de verdad no alcanzan a lograr aquella magia seductora?
La batalla de la nostalgia
Tengo que decir que tanto 'Super Mario 64' y 'The Legend of Zelda: Ocarina of Time' fueron juegos muy especiales de mi niñez. El segundo siempre lo he visto superado a título personal por otras entradas en la saga, pero el primero siempre lo he tenido como un modelo a seguir. Ningún otro título del ex fontanero ha logrado transmitirme la misma sensación de maravilla, descubrimiento y diversión que aquel excelso juego en el que nos adentrábamos en cuadros, luchábamos contra Bowser y nos enfrentábamos a miedos terribles como pianos asesinos o morenas con mala cara.
Pero debemos quitarnos las vendas de la nostalgia por un momento. Revisitar cualquiera de ambos juegos sin llevar un tiempo sin tocarlos puede resultar doloroso: contienen muchos fallos, los controles son imprecisos y fallidos, el sistema de combate puede hacerse repetitivo o incluso aburrido. Luchar tres veces contra una tortuga pelirroja con la misma estrategia o esperar pacientemente defendiéndote no fueron grandes aciertos para aquellos juegos.
En el lado positivo es cierto que los títulos de Nintendo 64 cuentan con algo que no tienen las entregas más recientes. Gran parte de la magia de aquellos juegos fue el titánico paso que resultó ser pasar del 2D al extraño y misterioso mundo del 3D; de repente todo era muy diferente, dinámico, apasionante. Quizás algunos de nuestros lectores más jóvenes no sean capaces de entender la sensación que provocó en muchos de nosotros este cambio, pero resultaba ser algo que jamás podremos comparar a cualquier otro progreso en la industria. ¡Pasábamos a ver con nuevos ojos los mundos que habíamos visitado hasta ahora!
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Quiénes tienen razón, los que postulan que los juegos de hace dos décadas eran mejores o los que defienden a capa y espada los actuales? Sin lugar a la duda, este redactor se posiciona a favor del segundo bando. Creo que 'Super Mario Odyssey' y 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild' superan con creces a aquellos magníficos juegos, pues incluso con sus errores se mantienen como títulos superiores comparándolo con los logros de la época. La cosa está en que sí es cierto que no pueden replicar la magia que captaron aquellos juegos, al igual que ningún título futuro lo logrará tampoco: no es por nostalgia, sino por el gran paso que supusieron.
Aunque también digo algo: los jugadores más jóvenes defenderán en veinte años los dos juegos de Nintendo Switch frente a entregas futuras. Para ellos no habrá magia igual jamás. Y eso me resulta maravilloso: es increíble cómo los videojuegos pueden inspirarnos de esta forma.