A la comunidad no le gustan las microtransacciones. Con razón, tenemos que admitirlo: este tipo de mecánicas incitan a un gasto extra económico que muchos consideran innecesario tras gastar un precio completo por un juego, y además de ello se incluye también una posibilidad de apostar a través de los lootboxes. Nos encontramos en un punto de inflexión importante en este aspecto tras un año duro en estas cuestiones: tanto, que se está comenzando a trasladar a la violencia y las amenazas. Y aquí es donde como comunidad tenemos que detenernos a reflexionar.
Un problema de raíz
El punto de inflexión al que hago referencia es las amenazas de muerte que ha recibido hace poco un desarrollador de Electronic Arts, encargado concretamente de 'Star Wars Battlefront II'. Tal es la situación que antes de esto el propio Sean tuvo que retirarse un poco de Twitter debido a los malos comentarios que estaba recibiendo.
Es obvio que a nadie le gustan las microtransacciones, pero detengámonos un momento. Todos sabemos lo que está mal de esta situación, que las amenazas de muerte y los insultos de toda clase sobran si se dirigen a personas individuales cuyo trabajo, queramos o no, es hacer posible la experiencia que queremos disfrutar. Trabajadores o artistas, llamadlos como queráis: todo esto sobra. Creo que pocos podrán negar que un trato humano es lo mínimo.
Pero el problema no está en la reacción de la comunidad en sí, sino la explosión que está mostrando. Este 2017 ha sido el año de las cajas de loot, de las apuestas y los cambios de las funciones de las microtransacciones tanto en aventuras multijugador como en campañas en solitario. Las empresas están cambiando y con ellas su base de jugadores. Estamos a punto de entrar en una revolución harto preocupante.
Pensad en esto: los jugadores han llegado al punto de insultar y maltratar a los desarrolladores por una función de un título, por impopular que sea. Podemos interpretar dos ideas a partir de esto: por un lado el germen situado entre los jugadores, el cual comienza a volverse veneno. Ya se ha hablado mucho de comunidades en torno a algunos juegos que se podía considerar tóxico, pero ahora estamos hablando del concepto general de comunidad, lo que nos afecta a todos. No es algo de lo que podamos escapar ni tampoco ignorar.
Lo segundo que deducimos a partir de aquí es que tenemos una comunidad molesta con estas políticas. Es lógico, cada vez son más los juegos que hacen uso de las microtransacciones: 'Star Wars Battlefront II' es sólo un juego en el camino. Pero si hay una disconformnidad que llega hasta los niveles de insultos es que estamos llegando a un punto en el que la olla empieza a ceder a la presión. Este modelo de negocio está dañando a la comunidad y en algún momento va a provocar un corte drástico. Puede verse afectado en ventas, rebeliones o síndromes de violencia más graves que los ya vistos.
No puedo evitar preocuparme por el futuro de nuestro medio. Amo los videojuegos y la industria, pero tanto las empresas como la comunidad están empezando a llegar a un límite en el que deberíamos parar el tren antes de decidir la vía que queremos continuar. Por el momento lo único seguro es que este comportamiento es intolerable y que ningún desarrollador merece este trato por su trabajo.