El 10 de Agosto 2019 | 12:11
Hace exactamente una semana conocimos como en la ciudad fronteriza de El Paso un supremacista blanco llevaba a cabo una masacre de latinos, a los que consideraba invasores de su patria. Horas después, como ya conocemos, también se producía otro tiroteo en Ohio que dejaba 9 fallecidos y varios heridos.
Con estos hechos aún sobre la mesa, debemos recordar que el de El Paso se llevó a cabo en un Walmart, que ahora comenzará a retirar de sus tiendas los títulos que considere violentos. La polémica sobre la idoneidad de los videojuegos, como alguno ya podía intuir, volvía a salir a la palestra en numerosos medios de comunicación, algo que realmente considero muy anacrónico, pero se ve que aún así sigue tiendo su tirón, al menos editorialmente para muchos de los grandes medios, aunque luego puntualizaré mi percepción al respecto.
A ello también debemos sumar unas declaraciones de Donald Trump, que volviendo a hacer gala de su "excelente" talante, apuntaba directamente al sector como uno de los causantes de los hechos registrados durante el fin de semana. Lo de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, llevado al máximo nivel. Yo entiendo que ser el presidente de Estados Unidos debe ser muy agotador y que, en momentos, puedes tener algún que otro desliz, pero es que lo tuyo ya es una tónica habitual que denota otro camino muy distinto.
Mira Trump, no
En los años 80 y la década de los 90 el sector del videojuego era algo muy "residual", entendiendo el termino residual en comparación con las grandes industrias del momento, quizás por eso se convertía en una buena diana a la que apuntar directamente para echar todos los males de la sociedad, total, se podrían quejar un par de miles, no millones, y eso parece que funcionó. Recuerdo escuchar comentarios de familiares, cuyo máximo acercamiento a un videojuego había sido darle 100 pesetas - soy un carca - al hijo para ir a los recreativos, en los que aseguraba, cuál psicólogo reputado, que los videojuegos nos estaban volviendo locos.
Los que ya tenemos algunas canas recordamos, en el caso de España, el parricidio vinculado a 'Final Fantasy VIII', la 'Fantasía Final VIII' para Matias Prats. Por casualidades, en esa época mis padres me acababan de regalar el título, era el primero que tenía para mi PlayStation de forma propia y las miradas hacia el juego y hacia mi por parte de mis progenitores yo creo que transmitía un "hostia... le hemos dado al niño un manual de como llevarse por delante a gente". Por entonces no creo que yo levantase más de 10 u 11 años, no recuerdo exactamente, pero en ningún momento tocó prohibición, más bien, y eso sí es cierto, jugar con ellos delante para ver realmente a qué jugaba y mis reacciones a lo que salía en pantalla.
Con edad similar yo disfruté de 'Metal Gear Solid', 'Grand Theft Auto', el eterno presente en este tipo de situaciones, y varios juegos de corte más adulto del que me correspondía por mi edad, y aquí estoy, a punto de cumplir 31 tacos, y sin haber matado a nadie. Una deshonra para los que cargan contra el sector como fabrica de asesinos. Y es que, vamos a ponernos serios, el problema no es del videojuego, es de quién juega, algo que todos podemos entender, y cuando digo todos es todos, hasta los editores de los medios que titulan de forma muy concreta para cargar contra el sector.
Y hablando de periodistas y el sector... Yo, a día de hoy, y lo digo totalmente en serio, el llevar a cabo "campañas" de desprestigio al sector no creo que vaya por una "vendetta" de unos medios pertenecientes a un sector al que el videojuego le puede robar público. En pleno 2019 el jugador habitual no consume televisión de forma tradicional, uno de los argumentos que más se ha usado para explicar el porqué de cargar las tintas desde estos medios hacia el videojuego, así que pienso que llevar a cabo este tipo de informaciones dispersas responde más a un nulo interés por el sector y, si me apuráis, a un nulo interés por su propia profesión, que incita a contrastar informaciones para ver qué parte es real y cuál no.
En cualquier caso, no parece que esto vaya a cambiar a corto plazo, y ya puede el sector del videojuego ser todo un gigante en cuanto a repercusión y aspectos financieros, que lo es, que siempre tendremos frente a alguien con pensamientos al estilo Trump, al que también cabría recordarle que, el poder acceder a un Walmart legalmente con un arma, donde también podemos comprarla sin mucho problemas, quizás sí sea un elemento a tener en cuenta de cara a que cualquier zumbado decida llevar a cabo otro acto como el de El Paso, donde también entran otros factores raciales que, como todos sabemos, el propio Trump no ha azuzado en ningún momento con sus declaraciones y bravuconadas.