El 24 de Octubre 2016 | 16:57
En plena fiebre 'The Walking Dead', yo sigo a lo mío: Nintendo NX. La semana pasada publicaba un vídeo con las primeras impresiones, información y comentario de lo que Nintendo Switch viene a proponer a partir de lo relativamente poco que se ha mostrado, y en los comentarios del Canal YouTube de Zonared se abrió un debate animado sobre un punto muy particular, que a priori puede parecer poco importante, pero que de hecho sí lo es: ¿Nintendo Switch es una portátil que se conecta al televisor o una sobremesa para llevar?
La diferencia es profunda, ya que la idea que nos generemos, nosotros, pero sobre todo los desarrolladores, será lo que determine en buena medida el catálogo del sistema. Estamos de acuerdo, a pesar de que no hay especificaciones técnicas precisas, en el hecho de que el nuevo sistema de Nintendo será menos potente que una PS4 Pro o una Xbox Scorpio, que parece el siguiente paso de la tecnología en sobremesa; pero también deberíamos estar de acuerdo en el hecho de que no tendría que haber un abismo técnico respecto a PlayStation 4 y Xbox One. En teoría, y pensando en el catálogo de terceros, no parecería descabellado pensar en ports de juegos third party al sistema de Nintendo, en la medida en la que muchos de estos títulos muestran en sus versiones de ordenador que son escalables hasta niveles ridículos. Por lo tanto, y todo esto en teoría, el componente técnico de Nintendo Switch no tendría que ser el elemento determinante para el catálogo de la consola, y supongo que justo por esa razón Nintendo ha decidido establecer relación con Nvidia en este caso, como medida facilitadora para el trabajo de terceros en su sistema.
¿Sobremesa o portátil?
Sin embargo, lo que sí puede ser una idea determinante para el bienestar de la consola es el estatus que le terminemos dando a la plataforma. Si obtiene el estatus de sistema de sobremesa se acercará a los desarrolladores third party occidentales, sin embargo, si cae en la visión de consola portátil corre el peligro de contonearse en un segundo plano. Creo que Nintendo ha sido muy inteligente con su presentación por dos motivos: el primer motivo es que claramente quieren recoger con este sistema a todo su público portátil, que es el que les da de comer generación a generación, pero atosigados por el crecimiento del mercado móvil, también necesitan acercarse al público de sobremesa, y todo ello con un solo sistema. Ahora bien, el mensaje de Nintendo es claro: 'Nintendo Switch' es una sobremesa para llevar. En primer lugar, en su página web figuraba claramente que se trata de la nueva "home console" de la compañía, pero, a su vez, el catálogo mostrado en la presentación dejó atrás todos los títulos estrella de portátil, y se centró en juegos de Nintendo tradicionalmente de sobremesa, como el nuevo 'Zelda', y juegos de terceros, sean humo o no, también de sobremesa: 'Skyrim' o 'NBA 2k'.
Hubo muchas risas con el hecho de anunciar Nintendo Switch con 'Skyrim', hubo todavía más cuando Bethesda afirmó que no era seguro el lanzamiento del juego en la consola, pero la elección de 'Skyrim' esconde un mensaje muy claro en una segunda lectura: "'The elder Scrolls' es una saga 100% de sobremesa, este es el tipo de producciones que podéis esperar en Nintendo Switch". De esta forma, Nintendo Switch no es una plataforma cómoda para la Gran N, una intentona de ir a lo mínimo, sino que se presenta como un sistema con intención de exprimir el público de Nintendo, pero también de dar cuenta de un catálogo con producciones de un nivel muy superior al que se encuentra en Nintendo 3DS, por ejemplo. A fin de cuentas, el salto técnico de Nintendo Switch respecto a Xbox One o PS4 es debatible, mientras que es inconfundible respecto a las generaciones portátiles.
De lo que no cabe duda, y discutir sobre esto es perder nuestro tiempo -el mío como redactor y el vuestro como dedicados lectores-, es que Nintendo Switch da carpetazo a Wii U y a 3DS.