El 14 de Febrero 2019 | 12:26
Sé perfectamente que hay que ser muy consciente de lo que uno ha hecho en el pasado para poder evolucionar, pero lo que tiene el pasado es que pasó y ya no se puede remediar. Por desgracia, en la industria del videojuego, viajar a una época anterior es tan fácil como coger el código de un juego, pasarlo por chapa y pintura y ponerlo a la venta por 19,99€ (en el mejor de los casos). Por esta dinámica han pasado prácticamente todas las grandes compañías de este sector, no se libra ninguna y muchos parecen tener la necesidad de volver a jugar a títulos de hace 25 años para sentirse bien. Si esa es tu máxima aspiración, bájate del carro, porque lo único que haces es entorpecer el progreso.
No digo que no se pueda recuperar alguna que otra joya del catálogo de una consola que ya vivió su momento, pero basar la estrategia comercial actual en uno de ellos sí me parece un error bastante grave. Los jugadores somos un poco como el perro del hortelano, que ni comemos ni dejamos comer y esa inestabilidad hace que el mercado del videojuego se divida entre obras originales y el constante reciclaje de viejas glorias que siguen vendiendo. El último Direct de Nintendo es un buen ejemplo de esto sobre lo que estoy hablando.
Dame lo que ya tengo
No va a pillar a nadie por sorpresa que a mí el concepto de "retrocompatibilidad" me parece una estupidez máxima. Tanto a nivel jugable como a nivel empresarial. Dar marcha atrás no es nunca una opción. Y digo "dar marcha atrás", no "mirar hacia atrás" que son conceptos muy diferentes. Hay que tener en cuenta de dónde venimos y qué hemos hecho para poder evolucionar, pero este progreso no es posible si cada 2 pasos hacia adelante damos 10 hacia atrás y luego un salto. Este baile imposible que juega con la mismísma línea espacio-temporal me parece hasta una falta de respeto para el jugador.
Desde que la generación empezó, Sony, Microsoft y Nintendo (entre otras), se han puesto el mundo por montera y han decidido que el catálogo de estas máquinas era perfecto para empezar a abrir cajones antiguos y empezar a despachar remasterizaciones y luego, además, empezar a cobrar por jugar a las versiones originales de esos juegos. Todo un avance ¿eh? Y nosotros caemos. Uno de los mayores impactos que tuvo el Nintendo Direct de ayer fue el remake de 'Link's Awakening', el título para Game Boy que tuvo su momento hace 26 años. No voy a tirar por tierra el trabajo de la compañía, ya que han creado prácticamente desde cero esta aventura, pero la idea no es original. Y eso no es lo peor, ya que Switch también va a recibir el enésimo port de algunas de las entregas más conocidas de 'Final Fantasy'. Esta saga me lleva a pensar en 'Final Fantasy VII Remake', uno de los títulos más esperados para PlayStation 4 y no es más que una aventura que ya se ha vivido, pero con un esqueleto y piel nuevos.
Esto dice mucho del poco criterio que tenemos los jugadores, y me incluyo, ya que fui el primero en gritar cuando vi 'Pokémon Let's Go', una subsaga que, si bien no es exactamente un remake, es revivir la misma historia de un título que fue expresamente desarrollado para una máquina portátil llamada Game Boy. Creo que no hay justificación alguna (más allá de la monetaria) para el lanzamiento de este tipo de títulos. A lo único que le encuentro sentido es a que Nintendo quiera reciclar los juegos de Wii U en Switch y hasta eso tiene sus límites, aunque no parecen verlo por el momento.
¿Y Nintendo 3DS?
Es casi un secreto a voces, pero prefieren seguir negándolo. Nintendo 3DS está prácticamente abandonada, bueno no, recibe estupendos ports de juegos de Nintendo DS (¡qué sorpresa!) para aguantar el tirón. Los últimos Directs celebrados se han centrado prácticamente en Switch, algo que veo lógico, porque es una consola que cubre todas las necesidades del jugador interesado en cualquier título de Nintendo.
La portátil es la gran ausente de cualquier anuncio importante y cae de cajón que por su próxima jubilación. Switch ya puede, perfectamente, satisfacer a todos los jugadores sean cuales sean sus demandas: máquina de sobremesa, portátil, multijugador. Y todo con nuevas capacidades y títulos verdaderamente buenos. Y con muchos refritos, claro. Pero esa es la cantinela a la que ya estamos todos acostumbrados.