Nintendo siempre ha tenido un color especial. No es que el resto de compañías no hayan evolucionado con el paso del tiempo pero la gente de Kyoto siempre ha sido de grandes ideas. No tanto grandes sistemas, pero si unos pequeños, capaces de adaptarse a un mercado donde siempre ha primado la potencia.
Quiero decir, Game Boy Advance fue toda una revolución, la posibilidad de jugar bajo las mantas sin necesidad de linternas. DS no solo trajo la idea de la doble pantalla o la jugabilidad táctil, sino que nos tuvo horas frente a su PictoChat y todos hemos jugado a algún juego de pesca en Wii, por mucho que nos cueste reconocerlo. Esto no es algo que se haya obviado en su nueva consola. De hecho, es un punto que incluso se ha reforzado con la llegada de la híbrida pero, ¿realmente necesitamos jugarlo todo en Switch?
Todos quieren estar en Switch
Nintendo jugó bien sus cartas desde un primer momento. Había expectación por NX. No tanto por la llegada de un nuevo sistema, sino por lo que ocultaban aquellas misteriosas siglas. Sin embargo, las malas lenguas se hicieron con el escenario a la hora de su revelación. La idea, de nuevo, era revolucionaria pero pronto se le sacaron pegas. Si no era la batería era su capacidad de memoria. Pero incluso así, la llegada de Nintendo Switch fue arrolladora, como poco.
Ahora la consola está en boca de todos. No solo hablamos de usuarios, también de desarrolladoras. Square Enix fue la primera en ofrecer su apoyo y trajo títulos como 'I am Setsuna' o 'Lost Sphear' pero pronto se sumaron nuevas compañías y el escaso catálogo de la consola —que muchos se atrevieron a comparar con el de Wii U— se expandió como la pólvora. Una expansión que la ha llevado a colocarse en los primeros puestos, a atraer a mareas y, casi se podría decir, que a cambiar las reglas del juego.
Y es que la pregunta del '¿llegará a Nintendo Switch?' ya es una constante que no puede faltar en una entrevista. Todo tiene que estar en la nueva consola de Nintendo. La misma pregunta acechó al desarrollo de 'Final Fantasy XV' durante meses y no fueron pocos los rumores que apostaban por 'Kingdom Hearts' en la misma durante el E3 2018. Y no es que la consola esté falta de prestaciones, pero da la impresión de que está recibiendo más atención de la necesaria — que no de la merecida.
Es mera cuestión de marketing, por supuesto. Las empresas buscan lo que los usuarios piden, pero eso nos ha llevado a resultados como los de 'DOOM' o 'Wolfenstein II' y en mayor medida, el atrevimiento de Capcom con 'Resident Evil 7', que fue rechazado por las masas en el momento de su anuncio. Y (exceptuando al último, que es un caso aparte) no es que funcionen mal, pero cuesta creer que haya capacidad de competir con el resto de plataformas. Y ahí tenemos a 'Valkyria Chronicles' que recibirá un tercer relanzamiento para llegar a la consola en Japón, mientras que en Occidente recibiremos una versión descafeinada de 'Valkyria Chronicles 4' en la misma. 'Dark Souls Remastered' es otro ejemplo de ello, que llegará meses más tarde por los problemas de rendimiento. Y 'RiME' sigue sus pasos, además de contar con una ejecución que no funcionaba del todo bien en la consola.
No seré yo quien cierre puertas al fenómeno multiplataforma, pero creo que las cosas se pueden hacer mejor. Y es que se han hecho mejor. No es que Nintendo deba relegarse a los exclusivos o a sus first party, pero hay títulos capaces de exprimir las funcionalidades de la híbrida. 'Okami HD' llegará tarde a la fiesta pero tiene funciones en su pantalla táctil y aprovecha el uso de sus Joy-Con y 'Monster Hunter Generations Ultimate' saca pecho en lo técnico y pretende convertirse en una gran apuesta tanto para aquellos que llegan de 'Monster Hunter World' como para sus veteranos. No hay más que ver el éxito de 'Octopath Traveler' para saber que Nintendo no tiene porqué conformarse con lo mismo pero peor. Pero no son los únicos ejemplos que encajan en la consola de Nintendo.
El nuevo hogar de los títulos independientes
La 'gran N' es consciente del potencial de su nuevo hardware por los títulos independientes. Y no es difícil ver la relación. Son títulos, por lo general, más pequeños y con un rendimiento mucho más redondo en Switch. Suelen ocupar poco espacio, por lo que no comprometen su memoria y además pueden ser perfectos para jugar fuera de casa.
'Minit', por ejemplo, se divide en pequeñas partidas de un minuto de duración pero es un título tremendamente adictivo y 'Stardew Valley' nos promete cientos de horas en su simulación —especialmente a falta de un 'Harvest Moon' o 'Story of Seasons' en la consola—. Y no son los únicos, tenemos 'Hollow Knight' si buscamos un reto o 'Night in the Woods', que demuestra el espacio para un contenido diferente.
En el futuro llegarán otros como 'Undertale', que no necesita presentación o 'Wargroove', que promete tomar el legado de los 'Advance Wars' de antaño, un puesto que ahora mismo ostenta 'Tiny Metal', también en la híbrida. Las posibilidades son tantas como nosotros mismos queramos. Y es que, al fin y al cabo, las compañías ofrecerán lo que el público pida, en la medida de lo posible.
La llegada de 'Diablo III' a la híbrida ha sido una de las novedades más sonadas de la semana. Ha habido celebración, por supuesto, pero me parece el punto perfecto para plantarse y pensar en que estamos pidiendo. Vivimos en un medio conservador y es más fácil funcionar sobre lo conocido que no aventurarse con nuevas IP. Pero, ¿es eso lo que esperamos de Switch? Hay espacio para mucho más, no sólo ports y lanzamientos forzados.
Lo importante es que, frente a esa visión tenemos el reciente Indie Highlights y la promesa de títulos como el nacional 'Moonlighter', 'Bad North' o 'The Gardens Between'. Y a ello hay que sumar que en apenas unos días contaremos con un nuevo Nindie Shwocase donde veremos novedades independientes. E insisto, no es que Nintendo necesite cerrar su catálogo a indies y exclusivos, pero tiene espacio para crear posibilidades diferentes al resto. No solo importan las visitas de los clásicos, también hay estantería para nuevas cintas.