El 15 de Julio 2017 | 10:13
Cumplidos dos años del prematuro fallecimiento de Satoru Iwata. Presidente de Nintendo, no voy a repetir por enésima vez lo relevante de su figura para la compañía con el giro de Nintendo DS y Wii, sino que voy a hablar de lo que no ha podido llegar a ver. Los últimos tiempos de Iwata fueron verdaderamente duros a todos los niveles. En lo personal una larga enfermedad le atosigó hasta la muerte, y en lo profesional Wii U fue un tropiezo en una carrera con poco peros. Sin embargo, Iwata supo, antes de fallecer, dejar sellado un legado que es lo que hoy estamos experimentando en Nintendo.
Una de sus últimas apariciones se centró en el acuerdo con Dena para crear la infraestructura online de Nintendo, y todo un entramado de servicios digitales y móviles que todavía está por expandirse; también los primeros coletazos de la compañía en el desarrollo para teléfonos, y, de manera fundamental, el lanzamiento de Nintendo Switch. Dicen que los japoneses tardan en reaccionar, que arrastran sus éxitos y fracasos con cierta cadencia durante más tiempo del conveniente, mientras que los occidentales tendemos a ser más tajantes. Sin embargo, con Wii U Iwata tuvo una reacción rápida. El cese de producción prematuro de Wii U era la única salida lógica, y no por ello una decisión poco complicada. Una decisión que Iwata tomó cuando hizo pública Nintendo NX (ahora Nintendo Switch) tan pronto.
El papel de Iwata y el de Kimishima
El perfil de Kimishima, nuevo presidente de Nintendo, es radicalmente diferente al de Satoru Iwata. Siempre se ha hablado del nuevo directivo como un presidente de transición, con el rol fundamental poner en práctica lo que Satoru Iwata había iniciado. Ahora, Nintendo acude a un momento especialmente dulce. Tanto las Mini, como 3DS, y principalmente Nintendo Switch, están en un muy buen estado de forma en términos comerciales.
La otra característica fundamental de Iwata, además de su apertura de miras, de la capacidad de tomar una panorámica global de su momento en lugar de enredarse en la concreción, era su faceta como desarrollador. Como programador de HAL Laboratory, luego al frente de la second-party, Iwata logró labrarse aquello tan intrínsecamente toyotista de conocer hasta cada rincón de tu empresa. Si bien las ventas totales de Wii U no hacen justicia al catálogo de primer nivel de la plataforma; en este sentido acudimos también a un giro radical en Nintendo. La ambición con la que Nintendo está tratando a sus principales franquicias en la actualidad representa, de alguna manera, el inconformismo de Satoru Iwata. Propuestas como Mario Oddysey o Zelda Breath of the Wild son buenos ejemplos, y juegos que evidentemente emergen en vida del presidente.
Iwata reaccionó a tiempo, y hoy Nintendo debe estar una vez más agradecida. Sin embargo, hoy es un día que no puede ser más que triste, porque, aunque podamos reconocer el tino del presidente en sus últimas ideas antes de fallecer, él nunca podrá ver la Nintendo que dejó sobre el papel y hoy tenemos materializada en el éxito del lanzamiento de Nintendo Switch.