El 16 de Diciembre 2019 | 15:00
Mr. X te va a dar lo tuyo. Los que pudimos probar 'Resident Evil 2' de antemano tuvimos claro que teníamos algo especial entre manos, pero sobre todo que cierto señor con sombrero iba a causar sensación. Lo avisé en mis impresiones. Y me mantengo porque él es gran parte de la razón por la que este juego no es sólo el merecedor al premio de GOTY 2019, sino que va a ser recordado como una leyenda de años en adelante.
Partamos de una base imposible: ¿cómo haces el remake de uno de los mejores videojuegos de su generación? Bueno, ¿qué tal si aplicas lo que no pudo hacer ese juego entonces a la tecnología de ahora? 'Resident Evil 2' logra lo imposible y trae a un Tyrant incansable que planta la semilla del terror en los corazones de quienes se lo cruzan. Coge un helicóptero, lo aparta como si fuera papel y te mira fijamente. Estás en un pasillo: no vas a poder pasar por encima de él. Pegas un par de gritos, retrocedes y ¡qué sorpresa! ¡Él también te sigue! Intentas neutralizarlo gastando toda tu munición, pero no parece importarle lo más mínimo. Excepto en un detalle. Le has quitado el sombrero. Ahora sí que está enfadado.
El rostro del terror
Es innegable que 'Resident Evil 2 Remake' tiene un gran número de virtudes que hacen que todavía a día de hoy siga echándole partidas muy de vez en cuando. Su replanteamiento acerca de la comisaría y las ubicaciones que visitas, su acción juntada con la alta dificultad de la supervivencia, su modo de sorprender a antiguos y nuevos jugadores con elementos extra que jamás vimos en el título original. Está a la par de aquella maravilla de PS1, si es que no llega a superarlo. Y vuelve a alzar una saga a lo más alto tras su caída en desgracia en la pasada generación. Pero es Mr. X lo que de verdad lo vende por encima de otros juegos del año.
Prácticamente casi todos los memes del juego han gravitado alrededor de este enorme enemigo. No habla, no cambia la expresión de su cara y el pobre necesita unas cuantas cremas rejuvenecedoras. Pero es que da más miedo que cualquier zombi, licker o incluso que el antagonista principal, la criatura G. ¿Y cómo no iba a darlo? Su rediseño sabe jugar con el valle inquietante y el pesadísimo sonido de sus pasos nos recuerdan que está ahí, buscándonos, incluso cuando creemos estar a salvo. Rompe las normas de qué es un espacio seguro, destruye paredes para pillarnos desprevenidos.
Todo juego que quiera dejar su marca en la industria necesita algo más que la simple perfección de su diseño. 'Resident Evil 2' no tiene la mejor historia, ni los mejores personajes, ni mucho menos la profundidad en sus mecánicas que otros juegos de este año han tenido. Pero tiene personalidad. Tiene un gran trabajo en cada uno de sus apartados, un número de extras y desbloqueables de locura que recompensa a los más habilidosos jugadores, y sobre todas las cosas tiene detalles que recordaremos para siempre. Nadie que haya echado una partida a este fantástico remake olvidará jamás los momentos clave de Mr. X, por no mencionar otros muchos otros aspectos.
Si un hombre calvo triste por perder su sombrero se te queda grabado como uno de los momentos más inolvidables de toda la generación es que algo está haciendo bien. Es imposible no ver esta obra maestra como el mejor juego de 2019, por no decir quizás el mejor 'Resident Evil'.