El 7 de Diciembre 2017 | 10:05
A finales de los 80 y principios de los 90, uno de los géneros que más auge tuvo fueron las aventuras gráficas. No sería justo no mencionar a Sierra Entertainment al hablar de la época dorada de las aventuras gráficas, pero pese a su importancia, los ejemplos y referencias que voy a usar serán todas de LucasArts.
Después de aquel gran boom, el cual no dejó juegos inolvidables como 'Maniac Mansion', 'Day of Tentacle', 'Monkey Island', 'Indiana Jones and the Fate of Atlantis', 'Grim Fandangotexto enlace', 'Sam and Max', etc. El género fue prácticamente olvidado por la industria. La tecnología había cambiado y el point 'n click ya no era popular. Y aunque 'La fuga de Monkey Island' y 'Grim Fandango' cambiaban el sistema SCUMM por GrimmE y, con él, el sistema con el que interactuabamos con el entorno, pese a que 'Grim Fandango' convenciera y perdurará en el recuerdo con sus controles "tanque", la cuarta iteración de las aventuras de Guybrush Threepwood no tuvo tanta suerte.
Necesitábamos un héroe
Hace unos años, vimos el nacimiento de TellTale Games, una empresa de antiguos desarrolladores de LucasArts que buscaban hacer volver a aquellas grandes sagas como 'Monkey Island' y 'Sam and Max'. La empresa contaba con Dave Grossman, una de las cabezas pensantes detrás del desarrollo de Monkey Island. Pero nada tienen que ver los juegos de TellTale con las aventuras gráficas clásicas como las antes mencionadas. Por otro lado, Tim Schaffer, también hizo un kickstarter para volver a hacer una aventura gráfica "como Dios manda" y acabó haciendo algo diferente. No ha sido hasta la vuelta de Ron Gilbert cuando hemos podido volver a jugar algo como aquello, y eso es 'Thimbleweed Park'.
'Thimbleweed Park' es una aventura gráfica clásica de manual, con sus verbos en pantalla, su bonito Pixel Art y sus puzles. El título juega con los sentimientos de los nostálgicos de los juegos de aquella época. Pero el juego es más que eso y no se limita a que el jugador suelte una lagrimilla de felicidad mientras lo juega, también se alimenta del sudor del que está al otro lado de la pantalla y mucha culpa de esto lo tiene que tendremos hasta 5 personajes entre los que podremos cambiar casi cuando queramos.
Puzles, puzles y más puzles
Este nuevo juego de Ron Gilbert y Gary Winnick (co-creador de Maniac Mansion junto con Gilbert) es entretenido y desafiante. Si bien nos reiremos mucho con las situaciones que plantea y con los recuerdos de épocas pasadas, el juego no nos dará descanso en casi ningún momento y pondrá a prueba nuestra pericia resolviendo puzles. Puzles lógicos, eso sí, no como aquellos -estupidos y maravillosos- puzles de 'Monkey Island'. Mientras escuchamos una banda sonora muy agradable que quiere recordarnos a las que llevaban los títulos de LucasArts, pero algo diferente.
La historia comienza con el asesinato de un hombre en Thimbleweed Park y la investigación de dos agentes del FBI. Tendremos que avanzar de puzle en puzle, mientras cambiamos entre los personajes disponibles para desentrañar los misterios de Thimbleweed Park. La historia pese a basicamente sea un hilo conductor para la retaila de puzles que nos plantea el juego, es amena y tiene un gran repunte al final que da un gran remate al juego.
¿Puede un juego que podría haberse quedado olvidado hace 20 años en los cajones de LucasArts ser candidato a juego del año? Yo digo que sí y no solo por ser una persona que se sabe los Monkey Island de memoria, sino porque es un juego con buenas mecánicas, buen pixel-art, buena banda sonora y unos puzles desafiantes e interesantes, pero nunca demasiado frustrantes. En resumen, un juego que si bien puede tener algún problema -como el intercambio de objetos entre personajes-, es un juego redondo que, tanto para los nostálgicos como para los que nunca hayan jugado una aventura gráfica clásica, es imprescindible jugarlo.