El 13 de Noviembre 2017 | 12:34
El año 2017 está siendo esplendoroso en cuanto a lanzamientos. Lo voy a decir con la boca pequeña, porque todavía no lo hemos estudiado de manera minuciosa, pero quizá es el mejor año en las últimas dos décadas. La madurez alcanzada por las plataformas de Microsoft y Sony, junto a la estabilidad del mercado de PC, y Nintendo Switch como gran sorpresa, han dado en conclusión una alineación de astros que no se acostumbra a ver muy a menudo. No sólo accedemos, en la actualidad, a un catálogo rico en calidad, sino que también resulta tremendamente variado. Desde el triple AAA a pleno rendimiento, hasta desarrollos de corte independiente que logran alzar el vuelo con la sonoridad mediática que merecen.
Precedentes que exigen algo más que "votar el GOTY". Reducir el año a un juego destacado, o al típico decálogo de los 10 mejores para nuestra redacción, aparenta una aproximación muy pobre en esta ocasión. En Zonared sabéis que somos muy dados a la fanfarria, así que hemos convertido el tradicional "show de los GOTY" en una iniciativa mensual. Esto es, antes de desvelar nuestro GOTY 2017, que ni siquiera hemos votado a la espera de que salgan algunos juegos clave que están todavía por llegar, iremos, día a día, repasando durante un mes los 30 mejores juegos del año 2017. 30 días para 30 juegos que entendemos imprescindibles de los últimos 12 meses, con 30 artículos -con vídeo-, uno para resaltar cada obra. Una suerte de anuario que trata de acaparar todos los grandes del año, y que aún así, sin duda, nos dejará grandes títulos fuera de la selección. Por cierto, el orden en el que estos artículos van saliendo no tiene ninguna relación jerárquica.
El primero me toca destacarlo a mí, y así aprovechaba para introducir la iniciativa. La mayor grandeza suele residir en la humildad, y no hay nada más glorioso a la vez que humilde que 'Cuphead'. Este despierta como nuestro primer imprescindible de esta lista de 30.
La humildad de 'Cuphead' arranca desde el hecho de tratarse de un desarrollo familiar. El Studio MDHR, acrónimo del apellido Moldenhauer. Una familia hipotecada para sacar adelante un juego completamente artesanal. Un título dibujado a mano con el empeño de emular el detalle deformado de animación propia de los años 40. Un juego que, como comentaba en el análisis, nos trata de acercar de manera genuina a los modos clásicos de entretenimiento audiovisual: desde su propia puesta en escena, hasta las mismísimas mecánicas en la combinación de run & gun, juego de acción, juego de naves... una mezcla genuinamente clásica, desafiante, y aplastante.
Más allá de lo estético
Nunca nadie a nivel visual ha logrado nada como 'Cuphead', y el trabajo artesanal da en conclusión algo asombroso. Sin embargo, lo estético en el lanzamiento de MDHR defiende más que una carta de presentación, ya que se muestra como envoltorio congruente con el resto videojuego. Sin embargo, y pese al espectáculo visual, la propuesta de los Moldenhauer es irreductible, porque, efectivamente, la combinación de mecánicas apurada y afilada hace de esta obra un "comehoras" adictivo que me logró enfermar frente a la pantalla.
Pero, y en el fondo, lo que entiendo más relevante de 'Cuphead' residen en redescubrir los final bosses. Donde destaca la obra verdaderamente, incluso me atrevería decir que marca su talento todavía más que en lo artístico, aguarda en la comprensión y capacidad de los enemigos finales. Recupera el clásico concepto de monstruo final, lo focaliza, y crean una obra que gira en torno a él. Un homenaje atravesado en enemigos imaginativos, variados y carismáticos. La inteligencia en el diseño responde a la capacidad para construir un desafío verdadero que nunca tumba del lado de lo frustrante. Consiguen esto gracias a un control tan apurado que borra rastro de dudas: el error siempre reside en el fallo del jugador no trampa del juego. Por otro lado, dispone de un conjunto de mecanismos para generar sensación de progreso: como el icono del recorrido en cada nivel, el hecho de que los enemigos responden a una metodología pautada -por lo tanto posible de entrenar-, el premio al jugar en mayor dificultad con nuevas rutinas y diseños para los enemigos... impone un ejercicio de comprensión de los mecanismos psicológicos básico pero admirable, al lograr presentar una obra indiscutiblemente desafiante, pero a la vez tan genuinamente honrada.
Así es 'Cuphead', fruto del trabajo y el talento, una obra erigida en la transparencia en todas las facetas que golpea en un momento en el que la industria esconde entre más sombras sus intenciones.