La premisa de la serie 'Kingdom Hearts' es bastante sencilla: usar a los personajes clásicos de películas y cortometrajes de Disney con el buen hacer de Square Enix para crear una aventura de rol. En el papel resulta muy extraño, pero como se dice, "en peores plazas se ha toreado", y desde entonces tenemos una larga retahíla de títulos.
Admito haber sido fan de 'Kingdom Hearts' en la habitual época adolescente, pero eso ya pasó, y conforme más veo la serie desde el punto de vista ajeno y a más juegos de género parecido juego, más problemas le veo a la serie desde su concepción y el camino que toma.
Una primera entrega buena pero errada, aunque con potencial
La idea de unir a numerosos personajes de Disney en un videojuego no es ni mala, ni es la primera vez que se hizo, pero aquí estaba el handicap de tener que hacer que interactúen en un mundo unificado con guión y desarrollo de personajes. La idea de rediseñar personajes Disney, como Mickey haciendo de rey, Donald un mago de la corte y Goofy un guerrero, entra dentro de las necesidades básicas para unir elementos originalmente no relacionados, porque todo juego que sea un crossover necesita algún personaje original que haga de nexo y justifique la unión de estas franquicias que en teoría no comparten universo.
Pero el principal problema de la primera entrega era la desunión entre estos mundos, no sólo a nivel argumental, sino mecánico y de desarrollo. La excusa de que cada película Disney esté dividida en un mundo sin conexión de otros y no puedan interactuar entre ellos elimina potencial argumental. Por ejemplo, el malo de 'Pocahontas' invadiendo mundos como el de 'Atlantis' o 'Tarzán' para saciar su sed de exploración de nuevos mundos, o Hércules persiguiendo a Bestia como prueba del Olimpo... Ideas absurdas pero que habrían dado una sensación de unidad mayor a los mundos más allá de que los malos clásicos se unen como caballeros de la mesa redonda buscando a las princesas; o que Gepetto vuelve a Ciudad de Paso tras escapar de Monstruo. Las únicas veces en las que ha habido interacción entre mundos aparte de eso, es la necesidad de buscar a los 101 dálmatas y las páginas de Winnie the Pooh, porque por lo demás, no hay nada que una estos mundos, y la trama lo máximo que hace es truncar toda posibilidad de explotación argumental e incluso afecta a una de las mecánicas del RPG más básica como las misiones secundarias. Y no, no cuento que Genio o Campanilla se te unen como invocaciones porque se quedan reducidas a eso.
Nomura, principal culpable
El principal culpable de todo es que le hayan dado casi carta blanca a Tetsuya Nomura. No es un mal trabajador y uno de sus mejores trabajos es el genial 'The World Ends With You', uno de mis juegos preferidos de la historia, pero dirigiendo no tiene apenas control alguno. Salvando los límites argumentales, la historia del primer 'Kingdom Hearts' era bastante sólida y era una buena premisa de cara a secuelas con los Sincorazón, el Kingdom Hearts. Todo tiene sentido y está bien controlado... Pero luego llegaron las secuelas y se ha empezado a descontrolar.
'Kingdom Hearts: Chain Of Memories' para Game Boy Advance fue un experimento raro y nos presentó a la Organización XIII, que parece que quería los recuerdos de Sora o algo así, pero en 'Kingdom Hearts 2' se descubre que quieren abrir el Kingdom Hearts. Si bien la historia es consistente, es especialmente propensa a abrir cabos y meter en cada juego nuevos conceptos. De enemigos en 'Kingdom Hearts II' se nos añadieron los incorpóreos, que son la contraposición a los Sincorazón y tiene su sentido. Pero luego se añadieron los Nescientes de 'Kingdom Hearts: Birth by Sleep', los amigos de 'Kingdom Hearts 3D: Dream Drop Distance' y muy seguramente en la tercera entrega se añadan más.
Y a nivel argumental, la idea de la guerra de las llavespada, una de las armas más absurdas hechas pero su potencial de diseños es genial, es bastante buena y da para explorar en precuelas... Pero 'Birth By Sleep' lo único que hizo fue abrir más cabos sueltos con una historia que no resolvía nada y solamente añadía más elementos confusos a una historia ya de por sí confusa entre tantas secuelas. Imaginamos que tienen que hacer crecer el hype para 'Kingdom Hearts III' o porque Tetsuya Nomura ha japonizado sin control un concepto a través de los años haciéndolo más confuso de lo que debería.
Mi posición respecto a la premisa y situación de 'Kingdom Hearts' como serie no es "no me gusta, es mala", es de "es un auténtico caos argumental por no controlar al director, y eso es muy malo". Mi apuesta más sincera de cara a 'Kingdom Hearts III' es que intentará cerrar todos los cabos sueltos. Muchos lo harán de forma apresurada y todo acabará en una enorme celebración final en Islas del Destino donde seguramente Aqua sobreviva junto a todos los protagonistas bien felices, mientras en la versión real al completar el juego al 100% en la dificultad más alta, al final de esa escena aparece una ligera amenaza para dar a entender que habrá aún más entregas.
Parece un chiste, pero es que la serie ha llegado a un punto en el que es casi una parodia, y todo empezó por pensar que Chicken Little puede ser una buena invocación y no habrá disonancia artística al mezclar el estilo cartoon de a Donald y Goofy, un personaje de anime y una versión realista de Johnny Depp en 'Piratas del Caribe' en una misma escena. Pero si algo bueno le tengo que sacar, que no todo el malo, es que el arte principal del juego es muy bueno y que el personaje de Aqua es uno de los mejores al no estar ni sexualizada ni ser una fantasía de poder absurda juntado con la adorable voz de Willa Holland. Eso y que el sistema de combate adaptativo y con muchas posibilidades de combo y visualmente atractivo de 'Birth By Sleep' es realmente bueno, pero como dije, es una pena que la historia no acompañe y no sea la gran aventura Disney que podría haber sido con la ayuda de Square Enix.
No nos olvidemos de las muchas versiones de "Simple and Clean", pero es irónico que el título signifique "Simple y limpio" porque no es una historia simple y muchos menos está limpia con todo el potencial desperdiciado por el camino entre juegos y juegos. Quizás el tener que hacer que hasta el free to play tenga algo argumentalmente relevante en la trama que se ha ido dispersando entre plataformas y generaciones no ayuda mucho. Por suerte, parece que si tenemos una PS4, solamente tendremos que comprar dos recopilatorios y el juego final.