El 24 de Agosto 2016 | 15:24
A las bravas y directamente: Gamescom 2016 ha sido un fracaso. Un desastre, casi me atrevería a decir. La feria, como lugar de exposición, no me cabe duda se mantiene un regalo para los aficionados que se han podido desplazar, y un buen lugar también para mostrar contenido a los periodistas europeos, pero como centro de información y anuncios, que es lo que la organización viene persiguiendo desde hace años, es evidente que se ha venido abajo. Los anuncios que hemos tenido en el encuentro, más allá de nuevo catálogo indie, quedan reducidos a concretamente uno: 'Metal Gear Survive'. Todo lo demás, en el mejor de los casos, mera actualización de información para juegos ya conocidos.
Todo pintaba mal de cara al evento europeo a partir del punto en el que Sony confirmó que, de nuevo, no habría conferencia de prensa en la feria alemana; el asunto tomó un tinte dramático cuando Microsoft cambió su conferencia por un encuentro con los fans. A partir de este punto el evento no hizo más que cumplir las peores expectativas a nivel de novedades, y la que hace un par de años era feria magna del territorio europeo ha bajado unos cuantos peldaños sin que prácticamente nos pudiésemos enterar.
Lo chocante no es esto, que más o menos se podía presagiar, lo que me parece irónico con las ferias es que el balance siempre es positivo.Los organizadores del evento sacan pecho una y otra vez aunque no haya más remedio que aferrarse a un clavo ardiente. Nos ahogamos entre números astronómicos de asistentes perdiendo la perspectiva de que Gamescom probablemente nunca vuelva a ser el evento al que nos había ya malacostumbrado.
¿Por qué se ha venido abajo?
La lectura es compleja, pero yo diría que se apoya sobre tres factores fundamentalmente: el primero de ellos es que el E3 está demasiado cerca en fechas; el segundo es que el escaso interés de Gamescom 2016 guarda una relación inversamente proporcional al interés renovado que ha conseguido la feria de Los Ángeles, y el tercero es que las compañías han inventado nuevos espacios de comunicación mucho más interesantes para (casi)todos los implicados.
Iwata se sacó de la manga los Nintendo Direct, y mostró cómo eventos salteados a lo largo del años, incluso aún siendo creados con los mínimos recursos, ya generan una expectación sin precedentes entre la comunidad. A partir de los Direct hemos visto como Square Enix se subió al carro de los eventos salteados a lo largo y ancho del año. Sin ir más lejos la compañía japonesa dejó a un lado el E3 y movió su presentación de 'Final Fantasy XV' a un evento previo a la feria angelina; exactamente lo mismo podemos decir de Sony y su PlayStation Experience. Estos encuentros funcionan mejor, mucho mejor, que los dos o tres días de feria clásica, que son cosa del pasado. El E3 pervivirá como encuentro en streaming, por ser Meca de la actualidad sobre videojuegos, pero la decadencia de Gamescom es algo que no nos debería pillar por sorpresa.