El 26 de Enero 2018 | 21:30
Xbox Game Pass incluirá los juegos exclusivos de Microsoft desde su lanzamiento. Así, 'Sea of Thieves', 'State of Decay 2' y 'Crackdown 3' serán los primeros first-party de la compañía de Redmond en estar disponibles mediante la suscripción al servicio de Xbox. Tras la confirmación de Phil Spencer, Xbox Game Pass está más cerca que nunca de ser el auténtico «Netflix del videojuego». Permitir que se descarguen y jueguen sus exclusivos mediante este servicio es la decisión más inteligente de Microsoft en mucho tiempo.
El mejor servicio de suscripción
De todas las suscripciones disponibles en la industria del videojuego, Xbox Game Pass se ha convertido en la más atractiva gracias a esta decisión. Su propuesta, que permite descargar y jugar más de un centenar de juegos, ya era interesante per se. Ahora, con los exclusivos desde el lanzamiento por 9,99 euros mensuales, Xbox Game Pass es la mejor opción para un perfil muy amplio de usuarios.
Ante todo, esta decisión reivindica a Xbox One y sus variantes como algo más que una plataforma de servicio. Los videojuegos deben ser el argumento principal de toda consola, algo en lo que la máquina de Microsoft flaquea en comparación con su competencia. Xbox Game Pass ayuda a eliminar dicho estigma con títulos de gran calado como 'Sunset Overdrive' y 'Halo 5'. A ellos se suman los títulos retrocompatibles como 'Bayonetta', por lo que Game Pass constituye la propuesta más cercana a la retrocompatibilidad del PC. A eso hay que sumar los futuros lanzamientos first-party, toda una combinación ganadora. Obras de diversas generaciones —el 'Ninja Gaiden' de la Xbox original también está disponible— en un mismo sistema por un precio, de nuevo, más que asequible.
Tras el rotundo éxito de Nintendo Switch y su carácter híbrido, así como del reinado perenne de PlayStation 4, ya era hora de que Microsoft diera un golpe sobre la mesa. Todavía tímido, pero lo suficientemente potente como para ofrecer un servicio innovador y pionero. Quizá parezca un suicidio económico vender sus estrenos por 9,99 euros mensuales, pero esta es una forma de garantizar al menos 120 euros por usuario. Los juegos disponibles rotan mensualmente, así que habrá quien quiera aprovechar que estén de oferta gracias a la suscripción a Game Pass para adquirirlos definitivamente y no conformarse con catarlos durante 30 días. Ese extra, sumado al precio de Xbox Live Gold, garantiza una inversión continua y reiterada.
Un premio para los usuarios de siempre
Sin duda, lo más importante de Xbox Game Pass es su potencial de fidelización del público. Cada vez que hay una conversación en torno al ecosistema Microsoft, el grueso de los participantes tiende a bromear con los jugadores de Xbox One. La carencia de juegos exclusivos —sobre todo al compartirlos con PC— es el principal foco de dichas burlas. Ahora, los usuarios de la máquina de Microsoft reciben una primera recompensa en forma de un servicio único que prioriza lo verdaderamente importante: jugar. Y no solo a joyas de Xbox 360 y del hardware original de los de Redmond, sino también a los exclusivos más recientes.
Asimismo, Xbox Game Pass puede ser un elemento diferencial en las decisiones de compra de un perfil casual de jugadores que busque disfrutar de los multiplataforma en consola. Sobre todo, ahora que se añaden sus exclusivos desde el lanzamiento. Por un módico precio mensual, también dispondrá de un surtido sólido de obras presentes y pretéritas, algo que no contempla ninguna otra marca.
Microsoft todavía tiene mucho camino por recorrer, pero añadir los exclusivos desde el día de lanzamiento a Xbox Game Pass es un primer paso harto sólido. Es un argumento a base de juegos —y qué juegos— difícil de rebatir, así como un elemento para premiar a unos usuarios fieles. Como herramienta de fidelización y garantía de ingresos periódicos, el nuevo planteamiento de Game Pass es una gran jugada de Phil Spencer y compañía. Si estas ideas tornan en habituales, auguro un futuro en verde.