El 20 de Julio 2019 | 00:21
Este artículo contiene spoilers de 'Final Fantasy XIV: Shadowbringers', así como de los eventos de su primera raid, Eden.
'Final Fantasy XIV: Shadowbringers' ha llegado con la fuerza de un huracán. Batiendo récords en notas y ofreciendo, de lejos, la mayor experiencia que ha presentado hasta ahora el título de Square Enix, nos encontramos ante un exponente del MMO con un enorme potencial para brillar.
Algo que la propia compañía tiene especialmente en cuenta para la evolución del mismo. Y es que la versión 5.01 del título —a falta de un parche 5.1 que añadirá todavía más contenido— ya está aquí, apenas dos semanas después del lanzamiento del título de marras. Un pequeño pulso al ya éxito de esta última expansión que habla mucho del mimo que Naoki Yoshida y su equipo dedican a su juego.
La llegada de Eden, otra pequeña revolución
Y es que esta nueva versión incluye en su haber la primera raid de ocho jugadores de la expansión. Una sobre la que hemos oído hablar con fuerza desde el pasado E3 2019, cuando se confirmaba la presencia de un pequeño tributo a 'Final Fantasy VIII'. Pero más allá de la aparición de Quetzal en la última Dungeon del título o la inclusión de una maravillosa banda sonora remasterizada del clásico de PS One para aderezar las duras batallas que se nos presentan en la citada raid, resulta que Eden va mucho más allá del simple reto.
Y es que el arco que traza —con una una notable introducción que bautiza su primera misión como "Chronicles of a new era"— se entiende como el broche perfecto para el cierre del main escenario de 'Shadowbringers', llevándonos a The Empty, el devastador páramo en el que se ha convertido casi un 90% del mundo tras la inundación de la luz. Pero más allá de eso, Natsuko Ishikawa se siente capaz de conectar ese pequeño tributo a la octava fantasía final con el propio argumento del juego para realizar un conjunto capaz de mantener los estándares a los que empieza a acostumbrarnos la expansión.
Tras el giro argumental sobre el que se cimienta la misma, poniendo a la Crystal Tower como protagonista indudable, no debería sorprendernos que una raid tenga tanta importancia en su narrativa pero incluso así, la jugada de Eden supone un punto de inflexión para su argumento, llevando a la posible restauración de The First y pudiendo convertirse en un punto imprescindible de lo que llegue con los siguientes parches. Quizás incluso en la próxima expansión del título.
Más allá de eso, Eden concede un enorme espacio a Ryne, un personaje que pedía a gritos su propio arco, tras el complejo proceso de aceptación y lucha que representa a lo largo de 'Shadowbringers', convirtiéndose finalmente en el legado de Minfilia tras los eventos de Soul Surrender y tomando su testigo, enfrentando ahora al primero de los Sin Eater. No solo a ella, por supuesto, porque Thancred tiene espacio para su redención, tras la pérdida final de su amada y Urianger sigue disputando un protagonismo especialmente merecido como cómplice directo del mayor giro de la expansión. Por no hablar de la que, entendemos, será Gaia, el personaje diseñado por Tetsuya Nomura y a la que mencionan como la "Oracle of Darkness".
Así Ishikawa vuelve a demostrar el potencial de una narrativa con un amplio espectro personal y una importante dedicación por el drama y la conversión de conceptos, como el del héroe o la dualidad entre luz y oscuridad. Un baile acompasado por la monstruosa —en el mejor de los sentidos— banda sonora de Masayoshi Soken en la que se da la mano con un diseño de mecánicas y personajes sublime que pone a la raid en cuestión en lo más alto del trono que ya ostenta el juego.
Tras los primeros pasos del juego me atrevía a afirmar que 'Shadowbringers' es el 'Majora's Mask' de 'Final Fantasy XIV'. Pero la llegada de Eden y la promesa implícita de lo que aún está por llegar suponen un punto más allá. Una coronación que pone el broche perfecto a la perfecta ejecución de tantos puntos a los que se enfoca, desde su tributo a 'Final Fantasy VIII' al protagonismo del espacio narrativo, pasando por uno de los mayores retos que hemos visto hasta ahora en el título —aún a falta de su versión Savage—, haciendo brillar la originalidad de sus mecánicas. Un paso por la alfombra roja que deja entrever la llegada de un futuro aún más brillante para el MMO.