Ayer durante la conferencia de Sony en el E3 2018 vivimos un momento histórico, unos de esos instantes que quedarán señalados en todos los resúmenes de la feria de Los Ángeles. Ya de por sí hablar de 'The Last of Us 2' es crear una expectación sin parangón, pero después de lo visto anoche, Naughty Dog y Sony han ensalzado el concepto primero de los videojuegos, los sentimientos.
Y no me refiero al beso de Ellie, porque en pleno 2018 creo que eso no debería ser algo que nos llamara la atención. Más bien es el conjunto de sentimientos que te embaucan cuando ves algo que podrías denominar arte.
Admiro a Naughty Dog porque es una compañía que, a pesar del éxito y reconocimiento que ya tienen, siempre busca mejorar y ofrecer nuevos productos que queden marcados en la historia del videojuego. El primer 'The Last of Us' fue una apuesta arriesgada, un producto mucho más maduro que cualquier otro con el que habían trabajo, resultado final, un rotundo éxito.
Con esta segunda parte, y a expensas todavía de ver que se tienen guardado bajo la manga, volvemos a sentir un título que va a llegar al corazón de los jugadores. Una historia en un marco irreal pero que el usuario hará suya. Un solo tráiler, apenas cuatro minutos, ya te hacen sentir felicidad, amor, miedo, tristeza y dolor junto a Ellie. Para mí eso es lo que significa un videojuego.
Y mas allá de gráficos o animaciones increíbles, que encima los tiene, la marca 'The Last of Us' nos hace sentir que podemos llegar a vivir algo único e irrepetible.
Irrepetible
Se hablarán durante días, semanas y meses del magnífico planteamiento en la presentación de Sony. Algunos dirán que es puro marketing, ya que ahora parece que una protagonista femenina y las relaciones homosexuales venden y hay que exprimirlas. Yo no creo tal cosa. La concepción de lo que vimos va mucho más allá de todo eso. Nauhgty Dog no lo necesita, ya se han ganado el respeto de la comunidad y solo con su sello van a vender millones de copias, no necesitan enrevesados tejemanejes para vender cuatro juegos.
El objetivo, siempre bajo mi humilde punto de vista, es hacer que sus videojuegos cuenten una historia y hagan al jugador sentirse que forman parte de un drama. Vivimos en una sociedad que parece ya casi anestesiada de los problemas ajenos, vemos dolor, muerte y hambre en nuestros televisores mientras engullimos una hamburguesa y pensamos en el plan del próximo fin de semana.
Cada día somos menos humanos y más robots, y 'The Last of Us 2' ha venido ha demostrar que todo esto se puede cambiar tan solo con contar una historia a través del videojuego. Ellie puede llegar a ser uno de los grandes iconos de la industria sin necesidad de ser una heroína o tener superpoderes, tan solo con ser una superviviente, una chica que solo quiere ser feliz con la gente que quiere y tener una vida normal y corriente.
Es de recibo aplaudir y ensalzar cuando todavía hay compañías que quieren llevar al videojuego al sitio que le corresponde. Sin mercadeos, sin buscar el céntimo, sin querer el aplauso fácil. El nivel de este año en el E3 ha sido muy bueno, con algunas excepciones, pero lo que vivimos este año es un llanto a la conciencia y servirá para recordarnos que los videojuegos no son solo un pasatiempo, representan la cultura a través de los sentimientos que transmiten y que el jugador percibe. Hoy es un día para aplaudir y para decir gracias, gracias a Nauhgty Dog por recordar porque amamos esta industria.