El 16 de Junio 2016 | 19:20
Estoy un tanto desconectada del E3, y me ha sido imposible seguir todas las conferencias que han pasado por Los Ángeles. Estoy convencida de que me he perdido grandes y peores momentos, juegos esperados y no tanto... Pero hubo algo que llamó mi atención. El nuevo 'God of War'. Ni siquiera vi su presentación, ni pude ver las caras de los asistentes cuando vieron aparecer a Kratos luciendo esa frondosa barba. Una pena, pero contratiempos del directo, como suele decirse.
Sin embargo, en los pocos ratos que me ha sido posible buscar algo de información, aproveché para saber más acerca de este nuevo Kratos, de esta reinvención, como dicen sus creadores, de la saga 'God of War'. Así mismo, me he cruzado con opiniones de uno y otro tipo, valorando el nuevo formato de la saga. Por ahí van los tiros de este texto.
Canas en la barba
Cuál fue mi asombro cuando vi que Kratos venía "con regalo". Su hijo, nada más y nada menos. Eso, además de ayudar a que las mecánicas de juego sean diferentes (por lo que se pudo apreciar en la presentación), crea a darle un fondo diferente al propio Kratos. Si estás un poco familiarizado con la saga 'God of War', es fácil darse cuenta del cambio que ha tenido el personaje. Aunque, más que cambio, me atrevería a llamarlo "evolución".
Tal y como vimos, las canas de Nathan Drake también fueron protagonistas en 'Uncharted 4' y, aunque en el propio gameplay este hecho no sirvió para modificar las mecánicas de juego, sí es cierto que nos encontramos con un Nate que, al menos, siente remordimientos de conciencia.
Nos hacemos mayores, y eso es un hecho. Los creadores han crecido profesionalmente dando forma a nuestros personajes favoritos, imprimiendo en ellos sus propias experiencias e insuflándoles toda la vida que les es posible darles. No me extraña, por tanto, ver a un Kratos que no sabe cómo hacerse cargo de su hijo e intenta enseñarle sus propias lecciones. Ni me parece raro que Nathan Drake se plantee si dejar la vida de aventurero o no. Tampoco me extraña ver a una Lara Croft con sus dudas y sus miedos en 'Rise of the Tomb Raider'. Son personajes, pero son reales. O intentan serlo.
Por eso me gusta llamarlo evolución, y no cambio. Nuestros personajes favoritos se hacen mayores junto a nosotros, se les presentan problemas cotidianos, son más humanos y tratan de solucionar los imprevistos de la mejor manera posible.
Sin entrar a valorar si este nuevo 'God of War' me parece bien o mal, entiendo que sí hay que poner la lupa en el hecho de que Kratos ha crecido como personaje. Nos puede gustar más o menos, pero sin duda, eso ayuda a que cobre mucho más realismo.
Por otro lado, no puedo acabar este artículo sin mencionar a Joel, de 'The Last of Us'. Entiendo que este título no sólo marcó un antes y un después en el planteamiento narrativo de los juegos, sino que sirvió para marcar el camino de los personajes que vendrían después en otras franquicias. Su serenidad, su calma, su papel protector, ha ayudado a que la relación entre él y Ellie fuera mucho más natural y viva. Joel no es un héroe, ni pretendía serlo. Simplemente, actuaba en consecuencia con las circunstancias que le tocó vivir.
¿Esta fórmula de relación entre padre e hijo, de personaje adulto y sereno, se está agotando? Me gustaría pensar que no. Me gustaría ver y disfrutar de personajes reales, que de verdad me transmitan lo que es sentir el peso de los años y tenerte que enfrentar a situaciones que, no siempre, son agradables. Me gustaría pensar que esto es sólo el principio.
Esta vez, son los propios héroes los que tienen que hacer un alto en el camino, mirarse en el espejo, y preguntarse desde cuándo les ha empezado a clarear el pelo.