ECOS DE UN GÉNERO PERDIDO

Mejores juegos 2018: 'Dragon Quest XI', el perfecto aroma de los JRPG

'Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido' es uno de nuestros juegos favoritos de 2018 y os contamos por qué.

Por Roberto Pineda 26 de Diciembre 2018 | 15:43

Aún no somos conscientes de lo que 'Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido' ha supuesto para un género tan perdido como el pasado de un Héroe llamado a poner punto y final a la guerra entre luz y osuridad. La undécima de una de las sagas por excelencia —con permiso de 'Final Fantasy'— del videojuego de rol japonés no solo es uno de los grandes títulos del año; es uno de los mejores juegos de la presente generación.

Sabor añejo

Hablar de 'Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido' conlleva enumerar una serie de aciertos que no veíamos reunidos en un mismo JRPG desde hace prácticamente 15 años. Un mundo que se cae a pedazos, un joven protagonista dispuesto a cumplir con su destino y un trabajo excelso a la hora de equilibrar una serie de piezas que brillan con luz propia. Desde que me puse a los mandos del juego, no paré de buscar defectos en todo momento. Es un automatismo que he adquirido en los mil y un JRPG "discretos" —e incluso decepcionantes— que he probado durante la última década... Y tengo que decir que no he sido capaz de encontrar ninguno.

El viaje a través de Erdrea conquista fácilmente gracias a las pequeñas historias que se ocultan más allá de una misión épica y repleta de momentos inolvidables. Y es que cuando llegamos a una gran ciudad y perdemos horas y horas hablando con todos sus habitantes y tratando de ayudarles significa que algo se ha hecho muy bien a la hora de concebir un entorno capaz de atrapar al jugador. Su historia, épica y marcada por un ritmo narrativo capaz de mantenernos en vilo incluso después de 50 horas. Sus personajes, con una personalidad arrolladora y el carisma suficiente como para dejarnos una huella imborrable. Su sistema de combate, clásico y adictivo, repleto de variantes y con opciones tanto para nuevos jugadores como para los más exigentes del género. 'Dragon Quest XI' debería aparecer en cualquier diccionario como definición por defecto de las siglas JRPG.

El espejo en el que todos deben mirarse

'Final Fantasy', 'Tales of... Llevamos muchos años añorando el pasado de varias franquicias que un día lograron convertirse en auténticas insignias del género. Deseamos que vuelvan por sus fueros; que incluyan grandes ciudades, historias bien contadas, personajes bien desarrollados y contenidos secundarios de calidad, entre otros elementos que el género parece haber ido perdiendo poco a poco. A pesar de que nombres propios tan legendarios como los citados continúan apareciendo en forma de nuevas entregas, sus creadores no terminan de dar con la tecla, dando la sensación de que no saben muy bien qué camino tomar.

El equipo liderado por Yuji Horii ha dado una lección de cómo encandilar el rumbo de una saga de esas cuyo nombre es tan alargado que cada nuevo movimiento es sometido al juicio más feroz de todos: el de su propia historia. Y es que 'Dragon Quest XI' llega más de treinta años después del nacimiento de la franquicia para desmontar el mito de que estamos ante un género muerto. Es por eso que la aventura del Luminario representa el trabajo bien hecho, convirtiéndose no solo en uno de los mejores juegos de 2019, sino en uno de los mejores JRPG del Siglo XXI.

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