El 19 de Marzo 2018 | 18:53
Este artículo de opinión contiene información del capítulo 130 y de las tramas de 'Dragon Ball Super'.
Escribir estas líneas no se si me produce tristeza, emoción, desilusión o todo a la vez. Ayer se emitía el episodio 130 de 'Dragon Ball Super' y me ha dejado con sensaciones muy opuestas. Estamos en la antesala de lo que va a ser el final -seguro que volverá- de una de las sagas más controvertidas del anime de Akira Toriyama.
Episodio extraordinario
Tanto es así que, a la espera de ver cómo se resuelve todo, la serie sigue dando una de cal y otra de arena. Y la verdad que este episodio 130, para mí, ha sido sublime en muchas cosas. Primero en la animación que ha vuelto a ser excelente, trabajo que si hubiera sido así desde el capítulo 1 estaríamos hablando de un anime de referencia en la actualidad.
Por otro lado el combate Goku vs Jiren se ha conformado como uno de los más épicos de la franquicia. A pesar de la falta de coherencia en cuanto a niveles de poder y de la inexplicable falta de consumo de energía -sí, recurso solo utilizado para dar protagonismo a Freezer y C-17 al final del capítulo- se han visto escenas que quedarán grabadas en las retinas de los fans.
La doctrina egoísta, a pesar de las críticas que tuvo al principio, es una de las mejores transformaciones de la franquicia. Las palabras y la reacción de Goku frente al ataque de Jiren a sus amigos, con los recuerdos que le acompañaron, ha sido uno de los momentos más épicos que he vivido en los más de 32 años de emisión de la serie.
A decir verdad, tengo que decir que me llenó más de emoción la primera transformación, solo con los ojos en gris, que con el pelo blanco, lo cual será una seña de identidad para el futuro, y herramienta que se utilizará para futuras producciones del anime.
Pero todo este compendio de buenas maneras se ve manchada por decisiones que no llego a entender. Sobre todo por el final del capítulo 130, cuando aparecen Freezer y C-17. Lo del tirano era de esperar, puesto que su cuerpo estaba por ahí vagando entre rocas y rocas -lo inexplicable es que no se cayera con tanta explosión-, pero lo del androide sí que no tienes pies ni cabeza.
Una del cal y otra de arena
Primero porque tuvo un final épico para uno de los mejores personajes de todo el Torneo de Poder, y segundo que ha podido engañar incluso a los ángeles. Volvemos a la misma escena que Vegeta con Toppo, la cual critiqué en su momento. No es posible que den su vida por ayudar a sus compañeros y, por razones más bien ilógicas, sobreviven para aparecer en el último momento.
Muchos me diréis que todo esto se explicará de mejor manera en el manga, seguro que sí, pero lo que ahora nos importa es el anime, y este tipo de decisiones a mi parecer manchan un final de 'Dragon Ball Super' que deseo que sea de mucho nivel.
Creo que el mayor error ha sido extender tanto este hilo argumental para luego darle un final más bien rápido y que por seguro nos dejarán con muchas dudas. Espero que la conclusión del Torneo de Poder esté a la altura, pero dudo mucho que eso vaya a ocurrir en tan solo 23 minutos que quedan de serie.
Que no por todo esto no es merecedor el capítulo 130 de ser uno de los mejores de la franquicia de 'Dragon Ball'. Un Goku muy furioso, solo comparable al primer enfrentamiento con Freezer, ante un rival que parece no tener fin en cuanto a sus fuerzas y una pelea que, a pesar del refrito de escenas copiadas de anteriores metrajes, para mí supera lo visto en cualquier antagonista de la serie.
Deberá pasar el tiempo, pero sin duda hoy puedo afirmar que 'Dragon Ball Super' es Jiren, Goku y Migatte No Gokui. Hay que esperar siete días para ver cómo acaba toda esta aventura de 131 capítulos y dos años y medio de emisión, pero espero mis mayores temores se van a incrementar con el paso de los días.