No sé vosotros, pero yo pagaría 10 o 20 euros más por una versión física de 'Final Fantasy VIII Remastered'. Y por lo que he ido viendo en las redes sociales estos últimos días, no soy el único. ¿Por qué entonces no va a sacarla Square Enix? El caso es que recientemente hubo filtraciones y rumores que indicaban que podría haber sido así. Por ejemplo, una importante cadena de videojuegos que no solo lo listó, sino que también lo hizo con un precio más elevado que esos 19,99 euros que costará la versión digital. Juego que, por cierto, está al caer: será el próximo 3 de septiembre cuando llegará a PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC.
Un aniversario casi perfecto
No os lo voy a negar. El simple hecho de que Square Enix haya decidido regalarnos un remaster de 'Final Fantasy VIII' cuando podría haberse tratado únicamente de un port, me emociona. Y, la verdad, es que va a ser complicado que no lo compre el mismo día del lanzamiento. Ahora bien, puestos a haber tomado esa decisión de convertir el port en remaster, ¿por qué no sacarle algo más de provecho? No digo que las novedades, como los gráficos nuevos (se nota sobre todo en los rostros de los personajes) o los atajos no estén bien; pero podrían no ser suficiente para desembolsar una gran cantidad de dinero. Evidentemente, ahí es donde entra en juego el factor nostalgia y la calidad del juego original. Sabemos que pasaremos por caja. O al menos unos cuantos.
También os lo tengo que admitir (aunque ya lo hice en alguna otra ocasión): 'Final Fantasy VIII' es una de mis entregas favoritas de la saga. Y eso que la trilogía original de PSX era realmente potente. De hecho, son muchos los que lo consideran como el patito feo de la era de 32 bits. Pero también otros tantos los que lo veneran como uno de los más especiales que jamás han salido. Ya no solo de la saga 'Final Fantasy' en particular, sino del género de los JRPG en general. Y me encuentro entre ellos. Por eso, me hubiera gustado celebrar el aniversario europeo (que será un poco más adelante, a finales de octubre) por todo lo alto.
Es verdad que no podemos descartar del todo que la edición física acabe llegando. Y aunque nos sentiríamos algo estafados como consumidores si compramos la digital y luego sacan una versión física, no estaría nada mal que las ventas de la primera ayudaran a financiar la segunda. Otra historia es el tema de las voces. No me cabe la menor duda de que, en todo momento, se referían únicamente a las canciones cantadas del juego. Pero cuando Square Enix puso en la descripción de la página oficial que el juego tendría voces tanto en inglés como en japonés, a más de uno estuvo a punto de darle un infarto. Una lástima. Puede que algún día veamos un remake del 8 al igual que pronto lo veremos del 7.
Una experiencia mágica
Finalmente, me tendréis que dejar que guarde el último párrafo para contaros los motivos por los cuales este juego me sigue pareciendo fascinante. Por un lado, gráficamente siempre ha sido especial. Y es que 'Final Fantasy VIII' es más realista que los anteriores (incluso que alguno posterior), pero sin renunciar a seguir utilizando esa mezcla entre elementos medievales y futuristas y un argumento de fantasía. Eso le daba más humanidad a los personajes, por ejemplo. También porque la historia de amor entre Squall y Rinoa se aleja, completamente, de los tópicos. Y no lo digo solo por teorías que siguen dando de que hablar 20 años después, sino también por ser personajes que evolucionan mucho más que la gran mayoría de héroes tópicos. Y no terminaría nunca: uno de los minijuegos más divertidos de la historia (Triple Triad), historias de brujas apasionantes y una banda sonora de escándalo. Ojalá el Remaster ayude a mejorar todavía más su imagen.