El 17 de Mayo 2016 | 19:09
Dentro del mundo de los videojeugos, cada X tiempo surge entre los usuarios, el clásico debate sobre la dificultad de los juegos que salen en la actualidad al mercado, y asegurando por un amplio grupo que los títulos de épocas anteriores eran mucho más complicados de los que vemos hoy en día.
Lo cierto, es que yo me considero un inepto para decir si ahora los juegos son más fáciles que antes, pero la verdad es que encontramos títulos difíciles y gratificantes, una vez superados, en cualquier generación de consolas. Pero por encima de todo, hay una cosa que yo personalmente tengo muy claro, y es la extrema complejidad que tiene llevar a cabo el desarrollo de un videojuego que sea difícil para el usuario.
Tres caminos muy distintos
A día de hoy, cuando la gente piensa en juego actual y difícil, le viene rápidamente a la cabeza el nombre de la saga 'Dark Souls', una franquicia que ha tenido un aura "oscura" que ha echado para atrás a muchos jugadores que se han visto acobardados por la exigencia de estos juegos. Y precisamente, bajo mi punto de vista, estos son los juegos que menos reparo deberían dar a la gente, son títulos que van de cara, no esconden sus malas intenciones de darte muchos "besitos y abracitos", pero están perfectamente regulados, y tenemos el ejemplo perfecto en el reciente 'Dark Souls III'. Tienen una curva de aprendizaje a la que acostumbrarse, y son justos con el usuario, todo tiene una solución, solo debemos encontrarla. A lo que además debemos añadirle el sentimiento de satisfacción que consigue el jugador al superar una zona o un enemigo determinado.
Luego tenemos, otros dos "niveles de dificultad", el cual también quedan representados por dos juegos magníficos que acaban de salir la pasada semana como son 'Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón', y 'DOOM'.
En el caso de 'Uncharted 4' encontramos ese exagerado nivel de dificultad que personalmente más me frustra, y es precisamente en el cual se ve claramente que el juego no está pensado para esa dificultad, ya que deja al descubierto algunas lagunas del juego. Ojo, y esto no quiere decir que sea un mal juego ni nada por el estilo, simplemente que el título busca otras cosas y ofrece esta posibilidad como extra. Para que lo entendáis voy a poner un ejemplo muy sencillo, no tiene ningún sentido que, en un tiroteo, unos enemigos alejados de tu zona y armados con lanzacohetes vengan corriendo hacia ti como locos y te disparen a bocajarro como si llevarán escopetas, obviamente muriendo ambos...
Y por último encontramos ese tipo de juego que directamente busca hacerte picadillo, como es el caso de 'DOOM', un juego que incluso sus desarrolladores reconocen no haber conseguido completar en la máxima dificultad. Y aquí, pese a que 'DOOM' me parece un juego muy bueno, me pregunto: ¿Qué sentido tiene lanzar una dificultad así? ¿Es algo de lo que sentirse orgulloso? Yo más allá de probarla un rato y echarse unas risas no le veo mucho sentido, porque no nos engañemos, a nadie le gusta que le hagan picadillo a la velocidad de la luz.
En definitiva, pienso que las desarrolladoras no deberían empeñarse en poner "extras" a sus videojuegos que puedan acabar lastrando o falseando la experiencia final con el mismo, ya que es algo totalmente contraproducente. Eso sí, todos somos libres de hacer lo que queramos, y entiendo que todo tiene su público y que, a más de uno, estos desafíos le alegrarán el día, la tarde o la semana.