El 12 de Septiembre 2018 | 09:00
La década de los setenta, así como buena parte de la década de los ochenta, fue el escenario perfecto para el inicio de un nuevo subgénero dentro del cine de terror: el cine slasher. El nombre en sí de este subgénero no puede ser más explícito, puesto que slash significa literalmente en inglés cuchillada o corte; y es que lo más relevante de este tipo de películas es que siempre hay un asesino que se dedica a matar cruelmente a jóvenes, casi siempre usando armas blancas.
Hay más elementos que suelen tener en común las películas de este subgénero. Por ejemplo, los protagonistas suelen ser jóvenes o adolescentes, y casi siempre suele haber sexo de por medio, así como alcohol e incluso drogas. El asesino suele ser una persona normal y corriente, no un demonio o un ente paranormal; además, suele disfrutar matando a sus víctimas rápido con algún tipo de cuchillo, o sierra, o incluso un hacha.
No puede faltar, además, una 'final girl', o última chica. Y es que siempre suele haber una chica (normalmente virgen, por cierto, aunque esto ha ido cambiando dependiendo de la película) que acaba sobreviviendo al asesino. Es la que más aguanta, la que acaba siendo perseguida al final de la película, y la que deduce quién es el asesino. Ha habido mucho debate respecto a que la estructura de la película suela ser siempre la misma, e incluso se ha hablado de la misoginia de los asesinos por el hecho de acabar siempre con una víctima femenina; no obstante, eso nos daría para hablar mucho más, con lo cual dejaremos el asunto al margen.
El cine slasher ha ido perdiéndose con el paso de los años. En 1978, John Carpenter consiguió triunfar con su Halloween, al que le siguieron Viernes 13, Scream, e incluso Pesadilla en Elm Street, aunque en este último caso el villano sí que era paranormal. Pero a partir de los años noventa, este subgénero comenzó a decaer, e incluso vimos parodias del mismo como Scary Movie. El hecho de que ahora Blumhouse Productions se haya decidido a hacer una secuela de la película original de Halloween es una buena señal para todos aquellos que son seguidores del cine slasher, porque podría suponer el regreso de un subgénero olvidado.
¿El regreso del subgénero?
Cuando se anunció que Halloween tendría una secuela, hubo quien comenzó a elucubrar. ¿Sería eso el principio de una nueva moda? ¿Volvería por fin el tan amado subgénero slasher? Y es que, dentro del terror, es uno de los subgéneros más famosos, porque da miedo pero se puede disfrutar de él sin problemas. En las películas de este estilo hay sobresaltos, pero una vez acaban no queda ningún temor residual, algo que muchos espectadores agradecen; se disfruta en el momento, y ya está.
Ahora que Jason Blum ha anunciado que podría estar planteándose hacer una secuela de dos grandes éxitos de este subgénero, como son Scream y Sé lo que hicisteis el último verano, los rumores comienzan a cobrar forma. Las modas son cíclicas, con lo cual era de esperar que esta tendencia también acabara regresando tarde o temprano. ¿Será ahora el momento? ¿Volverán las salas de cine a llenarse de asesinos de adolescentes? Esto traería consigo muchos cambios dentro del subgénero. Por ejemplo, se ha criticado mucho el machismo y la misoginia del mismo; quizás devolverlo a la vida serviría para cambiar todo aquello que se consideró negativo de su primer intento.