El 22 de Diciembre 2016 | 19:36
Voy ser sincero, se me pasó por completo votar en los GOTY de Zonared. Sí que participé en la lista de posibles nominados exponiendo mis diez favoritos, pero a la hora de realizar las votaciones definitivas no estuve ahí. Y la razón es esa, que soy un desastre total a la hora de organizarme, mirar el correo y esas cosas. Pero bueno, me queda el consuelo de que al menos puedo defender a mi candidato aquí mismo, y con eso me basta.
Tiene bastante sentido que escoja a 'The Witness' como mi mejor juego del año tras haber dicho eso. Un juego que trata sobre poner tu mente en orden y hacer que cada punto de tu cerebro, en lugar de ocasionar distracciones inoportunas, funcione en conjunto con el resto por la consecución de un objetivo común, que no es otro que resolver estos malditos puzles. Diría que el nuevo juego de Jonathan Blow me ha ayudado a ser un pelín menos desastroso.
Un nombre conocido
El tal Blow, junto a su antiguo estudio Number None Games, fue el que nos trajo en 2008 'Braid', la obra que prácticamente dio comienzo al boom de los indies que todavía hoy dura. Se trata de uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos, y con esas no es de extrañar que esperara con ansias lo nuevo de su creador cuando se anunció hará ya unos añitos. Tenía mis dudas cuando lo probé, debo reconocer. Había pasado ya mucho desde 'Braid' y este era una sombra que se me antojaba muy alargada para su nueva obra, ahora a cargo del equipo de Thekla Inc. Así que, aunque esperaba calidad, reconozco que me sorprendió bastante lo mucho que me gustó.
Consigue ser una obra muy distinta a su predecesora, pero al mismo tiempo mantener ese sello inconfundible de su autor. Está bastante claro que la especialidad de este hombre son los puzles, y entiende a la perfección esa sensación de revelación divina que te llega como de la nada cuando estás atascado y que ahora, como si fuera lo más fácil del mundo, te permite avanzar. Blow dice que eso de que "te sientes muy inteligente cuando consigues resolver un rompecabezas complicado" es una falacia. Él cree que si lo logras es porque realmente eres inteligente, y todo ese esfuerzo viene únicamente de ti. 'The Witness' consigue transmitir eso con creces.
Por eso también dice que no quiere que uses guías en este juego, le quita todo el sentido. No se trata de avanzar como sea superando los obstáculos que el juego ponga en tu camino para tenerte entretenido, sino de darle importancia a esos obstáculos y a la forma en la que los afrontas. Algunas críticas que se le han hecho vienen de que no recibes una recompensa gratificante tras resolver un puzle, sino que el título lo que hace es arrojarte aún más puzles para que sigas dándole al coco. Yo discrepo. El conocimiento que ganas tras completar el rompecabezas es la recompensa.
Son solo puzles de laberintos, pero resulta increíble la cantidad de variantes que tienen, así como su curva de dificultad y la manera en la que juegan con el entorno. Además, todos están desperdigados por una isla inmensa que podemos recorrer libremente y en su gran mayoría no hemos de seguir un orden concreto a la hora de encararlos. Esto es lo mejor, porque tal vez lleguemos a una zona llena de paneles que no tengamos ni idea de cómo se hacen, pero no pasa nada, podemos simple y llanamente pasar de ellos e ir a otro sitio que nos parezca más asequible. Y es bastante probable que, tras aprender el funcionamiento de las reglas de ese nuevo lugar y cómo desenvolvernos en ellas, seamos capaces de resolver aquellos que en un principio se nos resistían.
'The Witness' es un juego sobre el aprendizaje y la autosuperación. No necesita estar premiándote todo el rato y diciéndote lo bueno que eres para hacerte sentir bien y recompensado. El propósito es que esa sensación venga de ti mismo, y puedo asegurar personalmente que es uno de los juegos más gratificantes que he jugado nunca a nivel de progresión, porque sé que ese avance es cosa mía. Hay frustración, pero al igual que pasa con los jefes de 'Dark Souls', completar por fin un puzle en el que llevabas estancado horas te llena de un gozo inmenso. Es capaz de tenerte obsesionado hasta cuando no estás jugando, imaginando soluciones y haciendo esquemas mentales continuamente de ese maldito rompecabezas que no te dejaba pasar.
Jonathan Blow también dijo que el juego no iba de puzles, sino que estos tan solo eran un medio para transmitir lo que quería. Esto puede ser lo que yo he explicado en el presente texto o cualquier otra cosa que él tuviera en mente, pero el caso es que queda claro que es un título que va más allá de la mera mecánica, aunque la abraza para expresarse, como buen videojuego que es.
Antes hablaba de la marca del autor, y si 'Braid' me sorprendió por saber camuflar un ejercicio narrativo sin igual bajo la forma aparentemente simple de un plataformas en 2D con puzles, 'The Witness' vuelve a lograr exactamente lo mismo a su manera. Es perfectamente normal que no te pares a pensar en todo esto de lo que he hablado antes y lo veas simplemente como un juego de puzles en una isla desierta, aunque la magnífica pedantería de su creador te inunde de grabaciones filosóficas que traten de explicarlo, pero a buen seguro experimentarás las sensaciones que quiere que experimentes, y eso ya es más que suficiente.
La elección
¿Y por qué he escogido a este y no a otro? Sencillamente porque es algo nuevo, excelentemente ejecutado, que se nota el mimo que ha tenido durante su desarrollo, y que se acoge a la concepción del videojuego como expresión artística, esa gafapastada que tanto me gusta, de manera sublime y sin tener que recurrir a artimañas provenientes de fuera del medio. 'The Witness' solo es posible en forma de videojuego.
Y es verdad que este ha sido un añazo en el que yo, por ejemplo, he analizado 'Pokémon Sol' y 'Pokémon Luna' con un 10, nota que mantengo. Pero al fin y al cabo, sigue siendo otro 'Pokémon', al igual que 'Uncharted 4' es otro 'Uncharted' y 'Dark Souls 3' es otro 'Dark Souls'. Si me tengo que decantar por algo, será por las propuestas frescas e interesantes, pero especialmente por aquellas obras que, como decía al principio, me ayuden un poco a crecer como persona. Y en eso, 'The Witness' se lleva la palma.