El 3 de Julio 2018 | 09:30
El 22 de junio, Netflix lanzó una nueva producción original llamada 'Brain on Fire', una película protagonizada por Chloë Grace Moretz. La sinopsis era breve, dejando mucho a la imaginación, con lo cual me aventuré a verla en el mismo momento en el que me apareció como recomendada en la plataforma. Decía así: "Una misteriosa enfermedad destroza su cuerpo y su mente. Sus médicos están desconcertados, pero ella ansía respuestas". ¿Quién podía resistirse?
La película, en sí, te mantiene en vilo desde el principio hasta prácticamente el final. Narra la historia de Susanna Cahalan, una joven redactora que acaba de conseguir un puesto en el New York Post. Todo en su vida va sobre ruedas, su trabajo es de sobresaliente, era independiente a nivel económico... Y, de repente, sin saber cómo ni por qué, su conducta cambia por completo. Comienza a comportarse de forma errática, falla en su trabajo, tiene problemas a la hora de recordar ciertos sucesos, e incluso ella nota cómo se va perdiendo a sí misma. La gente de su entorno está realmente sorprendida por este giro que Susanna parece estar dando, y no encuentran una explicación aparente.
Mientras tanto, ella acude al médico para que le realicen pruebas y averiguar qué le está pasando. Sabe perfectamente que no es algo conductual, sino algo físico, algo que proviene de su interior. ¿O será el inicio de una esquizofrenia, o un trastorno de personalidad múltiple? Los médicos no saben qué hacer, no saben qué provoca estos cambios, y es la familia de ella la que los empuja a no darse por vencidos. Una historia sorprendente, que te muestra no solo cómo Susanna vive su enfermedad, sino también cómo la van viviendo sus familiares y sus seres queridos en general. Muestra también la medicina como lo que realmente es: una ciencia que necesita de ir probando para acabar averiguando las causas de una enfermedad y que, como ciencia que es, puede fallar y necesitar de una segunda oportunidad.
Basada en una historia real
Tened cuidado si queréis ver la película, puesto que lo que vais a encontrar a partir de aquí es la explicación de la historia real que se oculta tras ella, con lo cual habrá bastantes spoilers.
Cahalan existió de verdad, y realmente pasó por todo ese duro proceso. Tuvo que visitar a muchos doctores y expertos en neurología, casi fue diagnosticada de un trastorno mental que no padecía y, finalmente, el Doctor Douhel Najjar descubrió lo que tenía: su lado derecho del cerebro se encontraba totalmente inflamado. La causa de esta inflamación era una enfermedad antoinmune cuyo nombre es Encefalitis por anticuerpos contra el receptor de NDMA. Al saber que lo que le sucedía era, efectivamente, algo físico y no psiquiátrico, pudieron tratarla y, tras la medicación adecuada y la terapia necesaria, consiguió ser la misma. La periodista no recuerda absolutamente nada de ese mes que pasó hospitalizada.
A partir de ahí, ella escribió su primer libro, llamado 'Brain on Fire' y en el que se basa la película. Una historia no solo de superación, sino también de esperanza para todos aquellos que tienen algún tipo de enfermedad complicada o considerada "rara": la medicina ha avanzado lo suficiente como para poder detectarlas, y sanarlas. Si aún no la habéis visto, debéis correr a Netflix a verla.