'Black Mirror': 'Arkangel', las nuevas tecnologías y la sobreprotección

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA SOBREPROTECCIÓN

'Black Mirror': 'Arkangel', las nuevas tecnologías y la sobreprotección

Por Maribel Baena

El 5 de Enero 2018 | 11:34

En este episodio, una madre se asusta mucho por la posibilidad de perder a su hija y le implanta un nuevo dispositivo que se llama 'Arkangel'.

Aviso: si no habéis visto la nueva temporada de 'Black Mirror' al completo (o, al menos, el episodio de 'Arkangel') todo lo que vais a encontrar a continuación será un gran cúmulo de spoilers. Así que no continuéis leyendo y, si lo hacéis, ¡que sea bajo vuestra propia responsabilidad!

'Arkangel' es el segundo episodio de esta cuarta temporada de 'Black Mirror' y, sin lugar a dudas, uno de mis preferidos. No solo por la historia que cuenta, sino también por la que no cuenta; por la que da a entender, por la que el espectador capta. Si lo habéis visto, seguramente ya sepáis de qué estoy hablando. En este episodio, una madre se asusta mucho por la posibilidad de perder a su hija y le implanta un nuevo dispositivo que se llama 'Arkangel', y que le permite tenerla completamente controlada. Como estos padres que, en la vida real, le ponen una pulsera localizadora a sus hijos... Aunque llevado al límite.

En el universo de 'Black Mirror', las nuevas tecnologías permiten que esta pulsera GPS se transforme en un dispositivo interno que hace que la madre pueda ver absolutamente todo lo que la hija ve, que pueda localizarla en el momento y, además, que pueda ponerle una especie de "filtro parental". Parecido al filtro que se usa en los ordenadores, pero llevado a la práctica real: todo aquello que se considere poco apropiado, se verá borroso.

La problemática que esto plantea a largo plazo para la hija la podemos ver perfectamente reflejada en el episodio, así como la que plantea para la madre. La primera ve cómo su privacidad es completamente anulada; la segunda se siente tan insegura, tiene tanto miedo, que no puede dejar de usar 'Arkangel' para controlar a su hija. Una versión mucho más moderna de 'Carrie'... Pero que acaba con más o menos el mismo resultado.

La sobreprotección no es buena aliada de las nuevas tecnologías

Aunque veamos todo esto tan lejano, no debemos olvidar que los padres sobreprotectores existen. No solo existen, sino que han sido fruto de cantidad de películas de terror (como la mencionada anteriormente, por ejemplo). Y es que ser padre es algo extremadamente complicado, porque no hay nada que duela como un hijo. Ver que este puede acabar haciéndose daño, que pueden acabar hiriéndole... Puede llegar a provocar verdaderos traumas.

Y si aunamos este miedo irracional, biológico, a las capacidades de las nuevas tecnologías... Obtenemos una auténtica bomba de relojería que podría explotar en cualquier momento. Poco a poco, puede que acabemos viendo como normal el controlar todo lo que hacen nuestros hijos "por su seguridad", sin pensar en que, de esta forma, estamos invadiendo abiertamente su privacidad. Y las reacciones que podemos esperar serán parecidas a las de 'Arkangel', aunque esperemos que un poco menos violentas.

Las consecuencias de la sobreprotección

Las nuevas tecnologías son herramientas que tenemos a nuestra disposición y que, en sí mismas, no son ni buenas ni malas. Depende de nosotros el uso que al final acabemos dándole, y depende de nosotros que su finalidad sea positiva o negativa. En este caso, 'Black Mirror' ha sabido mostrarnos la peor cara de las nuevas tecnologías, esa que abusa de su autoridad y no permite a los jóvenes que disfruten de su intimidad. Cuando un adolescente se ve acosado de esa forma (o una persona en general), es lógico que reaccione con violencia... Y si, encima, no es capaz de ver lo que su violencia está provocando (por el filtro parental), podría no saber parar a tiempo.

Las pulseras GPS, los localizadores en los móviles de los niños... Todo esto son considerados medidas de seguridad pero, al mismo tiempo, suponen que el niño pierda su privacidad. Se siente seguro e inseguro a la vez; sabe que está siendo vigilado, con todo lo que eso implica. ¿Y es realmente esto positivo en un niño?

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