He de admitir, antes de continuar con lo que os vengo a contar hoy, que soy muy dada a aburrirme rápido de cualquier juego para dispositivos móviles. Por regla general, no suelo tener ninguno descargado; y, cuando descargo alguno, suele durar bastante poco. En parte porque no suelo jugar en el móvil (prefiero hacerlo en la Nintendo, o en el ordenador) y en parte porque no he encontrado ninguno capaz de entretenerme durante más de dos o tres días.
Es por eso que me sorprende gratamente que, una semana después de haber descargado 'Animal Crossing: Pocket Camp' y tras haber estado jugando de forma bastante activa, aún no me haya decidido a borrarlo. Tengo la sensación de que es un juego que todavía tiene mucho que dar de sí, pese a que esté ocupando más espacio de almacenamiento del que me gustaría (aunque tampoco es excesivo, he de admitirlo).
Interactuar con amigos es bastante complicado, por no decir imposible; lo único que se puede hacer es visitar sus casas, y comprar objetos que tengan en su rastrillo, pero nada más. Este aspecto no es su punto fuerte, sin duda, pero sí es cierto que tiene otros tantos puntos muy interesantes. Compararlo con el juego de consola sería bastante injusto, sobre todo porque estamos hablando de juegos con soportes totalmente diferentes. Lo justo sería, pues, compararlo con otros juegos de móviles. ¡Y eso es lo que quiero hacer hoy!
Una mezcla perfecta entre Nintendo y juegos para smartphone
La diferencia entre 'Animal Crossing: Pocket Camp' y otros juegos para móviles con temática parecida es, principalmente, la estética y la idea del juego. La estética nos lleva directamente a Nintendo, al juego original, y esto hace que muchas personas se lancen a la aventura de probar el juego. Además, la idea del juego casa bastante con los valores originales del Animal Crossing, aunque con diferencias.
La forma de jugar permite que puedas estar sin aparecer días por tu pequeño pueblo y, aún así, todo permanezca intacto. No te insiste, no es un juego que debas estar vigilando cada dos por tres; pero, a la vez, siempre hay un incentivo para entrar. Si no es ayudar a un amigo que necesita una mano para entrar en la Cantera Apalazos, es porque estás buscando una prenda nueva y la única forma de encontrarla es visitar la tienda cada dos por tres. O porque dejaste en construcción un artículo que esperas poder poner en tu casa lo antes posible.
Pese a que pueda parecer que ir haciendo recados es aburrido, lo cierto es que no. En un primer momento, pensé que sería muy cansado hacer siempre lo mismo para conseguir dinero y objetos, pero es curiosamente relajante. Pescar es entretenido, cazar bichos resulta gratificante, y recoger fruta no deja de ser algo bastante sencillo.
Un incentivo que, personalmente, tengo a la hora de jugar es que creo que se irán añadiendo poco a poco nuevos objetos y nuevas posibilidades. Tengo la sensación de que este juego no ha hecho más que comenzar y que, con el tiempo, irán añadiéndose características que lo harán un juego incluso mejor. Eso hace, a su vez, que mis ganas de borrarlo desaparezcan rápidamente cada vez que se me pasa por la cabeza.
Tengo la esperanza de que dentro de poco se pueda bucear, por ejemplo, y visitar islas diferentes, que poco tengan que ver con la que ahora mismo nos ocupa. El hecho de que sea un juego para móviles y no para consola tiene sus ventajas y sus desventajas; por un lado, es cierto que nunca será tan completo como el de la consola. Mas, por otro lado, sí que podremos ir viendo cómo se añaden novedades sin tener que pagar un precio extra. Así que habrá que ir viendo cómo evoluciona.