El 7 de Noviembre 2018 | 11:34
La octava temporada de 'American Horror Story', 'Apocalypse', ha subido rápidamente en mi top. No era difícil, sobre todo teniendo en cuenta que 'Coven' y 'Murder House' siempre me parecieron las dos temporadas más potentes de toda la serie. Clasificar, o hacer listas ordenando de mejor a peor, es siempre algo muy subjetivo; depende del gusto de cada uno, de los intereses, e incluso del momento en el que se vean. Por ejemplo: 'Coven' me cautivó desde el primer momento por el increíble elenco, por mostrar tantas mujeres fuertes, y por dar una imagen de la brujería distinta a lo que se había visto hasta ese punto en televisión.
'Apocalypse' ha recuperado la magia de 'Coven' y el misterio de 'Murder House' pero, además, trae consigo al que considero el personaje más carismático de todos cuantos hayan pasado por la serie: Michael Langdon, interpretado por Cody Fern. Hasta esta temporada, los personajes más carismáticos siempre eran los interpretados por Evan Peters, pero Fern ha hecho que todo esto cambie.
Tate Langdon era, durante la primera temporada e incluso después, el personaje preferido de buena parte de la audiencia. Se debía sobre todo a su carisma, a su fuerza, y a la capacidad que tenía de conseguir que la gente pensara como él. No obstante, al verle de nuevo en 'Apocalypse', podemos comprobar que parte de su esencia se ha perdido. Ya no es un chico carismático, con un aura de poder; es solo un adolescente roto, que no sabe cómo ha llegado a esa situación. Y todo el poder que él tenía ahora lo tiene su hijo, Michael Langdon.
El propio Tate lo explica: se deshizo de todo lo malo que siempre había tenido en su interior al concebir a Michael. Él solo fue un recipiente que sirvió para hacer un traspaso, pero se quedó vacío de maldad cuando eso sucedió. Con la maldad, también dijo adiós a ese carisma que suele caracterizar a ese tipo de personajes. Y así llego Michael, la auténtica joya de la corona en esta temporada.
El atractivo de lo oscuro
Todas las temporadas hay un personaje que acaba refulgiendo por encima del resto, y normalmente suele ser aquel al que Evan Peters interpreta. En esta ocasión, los distintos personajes a los que ha dado vida han quedado totalmente eclipsados por Fern. Michael es un chico que mezcla, de nuevo, rasgos que despiertan ternura con otros que provocan auténtico pavor. A ratos parece un adolescente abandonado, perdido, y de repente desvela su auténtica esencia y muestra de quién es hijo.
Es esa dualidad la que le transforma en un personaje tan carismático. Nadie duda de su capacidad de hacer el mal, pero es precisamente ese poder para destruir lo que hace que Michael se convierta en lo que finalmente acaba siendo. Independientemente del final de la serie, de si consigue destruir el mundo al completo o no, es innegable que ha sido el protagonista absoluto de esta octava temporada. Tate ya no es lo que era, pero ha dejado una buena herencia genética para el anticristo.
Queda poco para que 'American Horror Story: Apocalypse' finalice, y, como siempre, cualquier final es posible. Sobre todo si tenemos en cuenta que no hemos hecho más que retroceder en el tiempo, no avanza. Es una estructura diferente a la que esperamos encontrar en televisión: han empezado por el presente, han avanzado ligeramente al futuro para posteriormente volver al pasado y, a partir de ahí, retomar. Las críticas están demostrando que es una buena forma de narrar una historia, puesto que la audiencia está valorando esta nueva temporada de forma muy positiva.