Como sabéis, el género de terror es algo que en Zonared nos encanta. Sabemos que a vosotros también, por ello, hoy os traemos 5 videojuegos que todo amante del terror debe haber jugado alguna vez en la vida... ¡Comenzamos!
-'Resident Evil 7'
La saga 'Resident Evil' es uno de los buques insignia del género de terror en el mundo de los videojuegos. Con más de 20 entregas a su espalda, ¿qué hace especial a la séptima numerada? Algo muy sencillo, ha supuesto el reinicio que la franquicia necesitaba como el agua de mayo. Sabemos que la saga de Capcom no ha pasado por muy buenos momentos de un tiempo a esta parte, títulos más enfocados a la acción y una historia que no se encontraba a sí misma fueron los motivos para que ya no confiáramos en ella. Hasta que llego a nuestra vida, 'Resident Evil 7', un juego de lo más terrorífico que nos recordaba a las raíces que hicieron grande a esta saga. Terror por doquier, sentirte indefenso, contar con las balas justas y estar encerrado en una casa con miles de habitaciones... ¿no te recuerda a la primera parte que tanto nos encanta? Además contamos con huecos limitados en el inventario y baúles, y te reecontrarás con uno de los personajes más queridos... ¿Qué más quieres?
-'Silent Hill'
Otra sagas punteras en nuestro querido género del terror. ¿Qué sería del género sin 'Silent Hill'? Nada. Es cierto que esta franquicia cuenta con cuatro títulos espectaculares, pero del 2004 en adelante no podemos encontrar algo tan atractivo, sólo juegos que cumplen con los fans y poca cosa más. Centrémonos en el videojuego que lo inició todo: 'Silent Hill' para nuestra querida PSone. Reconocemos que nos da pereza desempolvar nuestra playstation, pero si se trata para jugar a este título, os prometemos que merecerá la pena. La historia es una de las mejores creadas, tanto en la industria del juego como fuera de ella, y además cuenta con una infinita cantidad de referencias a cintas como 'El resplandor', ¿te parece poco? Déjate seducir por la trama tan enrevesada vivida por Harry Mason y no podrás evitar querer seguir con las demás entregas de la saga de Konami.
-'Project Zero'
Sabemos que los japones son especialistas en dar mal rollo. Muchas de nuestras pesadillas han sido evocadas por historias creadas por el país nipón. Y esta cualidad que hemos visto infinidad de veces en películas como 'Ju-On' o mangas como cualquiera de Junji Ito, también es capaz de traspasar las barreras de la consola. Pregúntale a quien quieras, todo el mundo coincidirá en que 'Project Zero' es uno de los juegos más terroríficos que ha jugado en su vida. Una mansión repleta de fantasmas y tu única arma es una cámara... Nada puede salir bien de ahí. Una experiencia aterradora que, con el pasar de los años, no ha dejado de ser realmente efectiva.
-'Outlast'
Quizás el juego menos llamativo de la lista, pero no por ello menos terrorífico. Convirtiéndose en uno de los indie más rentables de la historia del videojuego, 'Outlast' consiguió dejarnos sin aliento en más de una ocasión, ¿cómo? Muy fácil, con el principio de indefensión. Al igual que en el puesto anterior, en esta historia lo único con lo que podemos medio defendernos es una cámara de vídeo, pero no te engañes, no podrás atacar con ella, simplemente no mantendrá el camino iluminado. Correr y esconderse será nuestras armas más preciadas en un manicomio lleno de personas que no queremos cruzarnos por nada del mundo. Sin duda, un título de lo más divertido, a la vez que aterrador.
-'Alone in the dark'
Uno de los títulos que lo inició todo, sin él, el género de terror en el mundo del videojuego no sería igual. Puede que los años no le hayan sentado la mar de bien, pero algo que no se puede obviar es la gran importancia que tiene este juego en la industria y cómo ha marcado a toda una generación. Los gráficos pueden resultar graciosos y sus mecánicas algo torpes, pero cuenta con una banda sonora que se meterá en tu cabeza para que no puedas jugar tranquilo. Un juego necesario para entender el terror en nuestra industria, que supo poner los cimientos que sagas punteras elegirían como faro de ayuda.