Estas dos últimas semanas Nintendo ha tenido que responder en su conjunto a más preguntas que a lo largo de todo el año, y curiosamente el 90% de todas ellas iban dirigidas al último proyecto de la saga del héroe de Hyrule, que se ha llevado casi de calle el E3 2016 al haber conquistado a decenas de medios especializados y jugadores de tanto Nintendo como entusiastas del resto de sistemas. 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild' es el motivo por el que Nintendo no está hoy de capa caída, o al menos eso queremos pensar, pues las sensaciones son más que buenas con el título (...que todavía no tiene fecha de lanzamiento más allá de un poco esclarecedor "2017").
Eiji Aonuma, cabecilla del proyecto, sabe que tiene entre sus manos el juego más grande de su carrera, el título más importante de Nintendo de la última década; el título que más capital humano ha costado a Nintendo de los últimos años. Y al igual que ha negado tener influencias del Studio Ghibli a la hora de crear el estilo visual del título junto al equipo artístico, también quiere ahora zanjar cualquier tipo de comparación con los que son indudablemente dos de los mejores mundos abiertos del estilo del último lustro: 'Skyrim' y 'The Witcher 3'.
Comparaciones cero
"Creo que muchos de los miembros del equipo juegan a muchos otros tipos de videojuegos; juegos de mundo abierto como los mencionados, etc., pero no creo que haya habido alguno en concreto en el que nos hayamos fijado y que digamos que queremos hacerlo tal como ése".
Nintendo quiere que 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild' sea único, y en mi opinión lo que necesitan para ello no es tanto evitar que la obra sea comparada con otras, que no es necesariamente malo, como que ese Hyrule mostrado no esté tan vacío como parece, pues si finalmente no hay vida en el horizonte el título no será tan trascendente como pretende.