Primero, la arquitectura de la nueva consola sugería que la retrocompatibilidad era algo de lo que podíamos irnos olvidando y más tarde algunos distribuidores de videojuegos sugirieron el suicidio que supondría bloquear la segunda mano. Ayer Microsoft se pronunció finalmente sobre ambas cuestiones, afirmando de forma oficial que no habrá retrocompatibilidad y matizando la nueva política de segunda mano.
Habrá segunda mano pero no préstamo
Al parecer, la compañía ha debido hacer caso a la comunidad de jugadores y todo apunta a que no cerrarán la modalidad de compra de segunda mano completamente. La nueva política de acceso parece que sólo ha alzado las barreras de entrada a este mercado minorista y está dirigida principalmente a reducir el índice de piratería de los juegos. La nueva modalidad de comercio y consumo va dirigida a aclarar el tema de la propiedad del juego. Cada copia instalada en nuestra consola sólo podrá ser jugada desde la misma, cerrando la circulación del préstamo que anteriormente permitía que otra persona con la misma copia realizara la misma operación y pudiese jugar sin haber pagado por el juego.
Phil Harrison vicepresidente de la compañía aclaró tras la presentación algunos detalles confusos sobre el nuevo sistema de consumo: "Actualmente tu puedes comprarte un juego de Xbox 360 y dejarle el juego a tu hijo para que juegue en la Xbox de su habitación. Con los permisos digitales de Xbox One cada juego introducido en la consola quedará ligado a la misma y todas las cuentas asociadas a esta consola podrán acceder a esos títulos. Tu puedes ir a casa de otra persona con tu disco, meterte en tu cuenta desde su Xbox y jugar sin ningún problema". Microsoft no ha querido dar más detalles al respecto pero tiene previsto hacer un comunicado oficial dentro de poco para esclarecer las dudas sobre esta nueva modalidad de consumo.