El 26 de Agosto 2016 | 23:48
Con la actual regulación de los juegos, todos los títulos que vayan a comercializarse en consolas deben pasar sí o sí el examen de los diferentes organismos de ratificación por edades como el PEGI para Europa, el ESRB para Estados Unidos y el USK para Alemania. Si un juego no pasa un examen, no puede ser vendido físicamente en ese país, como le ha pasado 'Valkyrie Drive: Bhikkhuni' para PS Vita, obra de Kenichiro Takaki, creador de la franquicia 'Senran Kagura'.
Importación masiva en Amazon
A ese juego se le denegó la ratificación del USK, imaginamos que por las altas cantidades de amor lésbico entre los personajes que forman parte clave del juego, a lo que los encargados del organismo no les gustó nada y no quisieron darle siquiera la calificación más adulta. Ésto significa que un usuario alemán no puede comprar en tiendas ni en la PlayStation Network Store de su país una copia de 'Valkyrie Drive: Bhikkhuni' para PS Vita y tiene que recurrir a la importación.
Esta prohibición de vender el juego en un país entero solamente ha provocado un denominado Efecto Streisand, y los usuarios que querían el título de nicho residentes en Alemania no se han hecho de esperar y han importado la versión europea de 'Valkyrie Drive: Bhikkhuni' desde Amazon. La aceptación del público ha sido tal, que la web lo ha catalogado como uno de los más vendidos de la semana, dado que Amazon es de las pocas formas de conseguir el juego en Alemania. Este es otro de los muchos ejemplos de que, aunque un organismo o empresa trate de evitar que al público le llegue cierto producto cultural o de entretenimiento que creen cuestionable por diversos factores ideológicos, los interesados van a encontrar formas de disfrutarlo a su manera, ya sea de forma legal o con métodos más dudosos.