El 22 de Diciembre 2016 | 12:56
Desde hace unas horas el personaje de Tracer, de la última producción de Blizzard Entertainment, se ha convertido en protagonista de una polémica que no debería ser tal, pero tras confirmarse que pertenece la comunidad LGTB con la publicación de un cómic basado en el universo de 'Overwatch' y las declaraciones ofrecidas por representantes de la desarrolladora son varios los actuales jugadores del título los que han mostrado su desencanto con la actitud tomada por la empresa en relación al personaje. Hasta el punto ha llegado este hecho que algunos usuarios reclaman la devolución del dinero tras haber adquirido legalmente una copia del exitoso multijugador de la compañía.
Juego corrupto
En los foros oficiales de la comunidad podemos leer actualmente a varios usuarios solicitar este reembolso, incluso uno de ellos llega a asegurar en su particular alegato contra la decisión que ahora el juego está corrupto y por ello exige la devolución integra del dinero gastado en el mismo durante este tiempo.
"Cuando compré este juego no fui informado sobre las, repugnantes y contrarias a mis ideas y opiniones, temáticas LGBT. No había ninguna palabra en la descripción del juego que explicase ésta presencia en el mismo. ¿Es posible obtener un reembolso por el juego ahora corrupto? ¿Cuál es la posición oficial respecto a estos posibles?" detalla el usuario DarkPride en los fotos de la mencionada comunidad.
Calificado como xenófobo por el resto de usuarios del exitoso juego, no ha sido el único en mostrar su repulsa a la incorporación de Tracer como un personaje LGTB. Algunos usuarios a través de las redes sociales también han solicitado el reembolso del dinero gastado en el título y algunos han llegado a asegurar que no volverán a jugar a ningún proyecto de Blizzard Entertainment de cara a un futuro por este tipo de acciones.
Como contraposición a estos pensamientos, que parecen ser una minoría algo ruidosa dentro de la comunidad del título, la comunidad LGTB se ha mostrado agradecida y celebra que en un proyecto de estas características se normalice una orientación que finalizando el año, en pleno siglo XXI, no debería ser motivo de polémica de ningún tipo.