Donald Trump sigue en sus trece y quiere intentar resolver el "problema" de la violencia en los videojuegos reuniéndose con algunos representantes de la industria en Estados Unidos. El presidente de Norteamérica mantiene su enfoque y señala a los videojuegos como los principales culpables (junto con el cine) de que los más jóvenes desarrollen conductas agresivas y acaben dando lugar a escenas como las del tiroteo en el instituto de Parkland, Florida.
Desviando el tema
Medio Estados Unidos está saliendo a la calle para protestar por un mayor control del acceso a armas de fuego, pero Donald Trump prefiere hacer caso omiso de lo que ocurre en las ciudades. Al magnate de los hoteles no le interesa que se asocie el uso de armas con los conflictos adolescentes y por eso ha puesto en su punto de mira a los videojuegos, una de las principales actividades para los jóvenes y ahora chivo expiatorio de una de las principales fuentes de ingresos del país.
La secretaria de prensa del Gobierno de los Estados Unidos ha afirmado que Trump se reunirá la semana que viene con algunos de los representantes de la industria del videojuego para tratar el tema de la violencia en los títulos. El objetivo del gabinete de Trump es "ver qué es lo que se puede hacer" para que no se vuelva a repetir una tragedia como la del instituto de secundaria de Florida.
Por el momento no se han dado más detalles sobre los participantes de esta reunión, pero lo que sí es cierto es que el presidente de los Estados Unidos (y muchos otros políticos) están consiguiendo culpabilizar a los videojuegos de algo en lo que no tienen tanto que ver como sí lo tienen las armas a las que pueden acceder la mayoría de menores en los Estados Unidos.