El 5 de Marzo 2019 | 20:07
El tema de las condiciones laborales en la industria del videojuego está más candente que nunca. La conciencia social va creciendo conforme se desvelan noticias de despidos masivos, cierres de estudios e inhumanos horarios de trabajo. Ni siquiera los desarrolladores indies se libran de esto, pero The Glory Society quiere cambiar la situación a mejor.
Protagonismo para los trabajadores
Se trata de una cooperativa de desarrolladores de videojuegos fundada por dos de los creadores del popular título indie 'Night in the Woods', Scott Benson y Bethany Hockenberry, y por la artista musical Wren Farren. The Glory Society tiene como objetivo desarrollar juegos, como cualquier estudio independiente, pero prescindiendo de jefes y de cualquier tipo de estructura vertical.
We're The Glory Society, a worker-owned and operated cooperative that makes video games. Founded by Bethany Hockenberry and Scott Benson, two members of the team behind 2017's Night In The Woods, along with artist and musician Wren Farren. We're making a cool game. Or two. pic.twitter.com/1dpIdOKsHt
— The Glory Society (@theglorysociety) 4 de marzo de 2019
Todos los miembros son co-propietarios del estudio, y las decisiones siempre se toman entre iguales mediante consenso. Anuncian también que están desarrollando un par de títulos de los que tendremos noticias pronto.
Cualquiera que les conozca entenderá que esta ha sido la decisión más lógica. Todos ellos son desarrolladores que han sido muy vocales a la hora de defender los derechos de los trabajadores, tanto de los videojuegos como en general. Benson relata que, después de 'Night in the Woods', tuvieron beneficios suficientes como para contratar más gente y empezar un nuevo proyecto, pero ninguno de los creadores se sentía cómodo en una posición de jefe, especialmente después de haber estado toda la vida al otro lado. Por eso, determinaron que lo mejor sería una cooperativa en la que, si entra más personal, también serían co-propietarios de la misma.
En 'Night in the Woods' ya podíamos apreciar las inquietudes de sus desarrolladores. Un juego de marcado carácter socialista sobre la alienación y la rebeldía en una sociedad rota. Los videojuegos no serían posible sin los trabajadores, los que hacen los juegos. Son la pieza clave, y es injusto que en esta industria sean los ejecutivos los que se lleven casi todo el fruto de su trabajo, a veces de formas carentes de toda ética.