El 5 de Octubre 2016 | 19:54
Arrancamos la presente generación de consolas, con unas máquinas (o al menos unas compañías) que nos vendían un objetivo técnico para consolas y juegos, de estandarizar la resolución de 1920 x 1080 píxeles (1080p) y los 60 fotogramas por segundo (fps). Sin embargo, este objetivo poco a poco se fue diluyendo, y con el paso del tiempo, hemos visto como esto ha quedado muy lejos de ser una realidad, más bien lo único que hemos sacado en claro es que esto ahora mismo es prácticamente una utopía. Pero, por si no hubiéramos tenido bastante salseo con este movimiento, a mitad de generación, nos vamos a encontrar con un nuevo hardware bastante más potente, el cual tendría como objetivo ofrecer experiencias en 4K, algo que a título personal todavía no veo nada claro.
Un nuevo frente de batalla
Dentro de esta nueva batalla, se abre un nuevo frente, y es que por un lado encontramos PS4 Pro, la apuesta de Sony, que llegará a las tiendas este mismo año y apuesta por el reescalado para ofrecer esta resolución 4K. Por su parte Microsoft tiene entre manos Project Scorpio, que llegará a finales de 2017, y que también apostaría por las 4K pero en este caso sería la resolución nativa de la máquina. Un panorama que genera nuevas dudas, la primera es: ¿Merece la pena? Y la segunda, ¿se notará la diferencia?
En este aspecto se ha pronunciado José Herráez, responsable de relaciones públicas de Tequila Works, estudio desarrollador de 'RiME', quien comentaba lo siguiente:
"En mi opinión, la diferencia entre el 4K nativo que ofrece Project Scorpio y el reescalado de PS4 Pro hay una diferencia mínima que no percibirá el ojo menos experto. La mayor parte del público no notará mucha diferencia, aunque obviamente, para el consumidor más al día en tecnología esto será algo relevante. Pero para el consumidor en masa, donde está el dinero, no creo que sea algo relevante".
Y a vosotros que os parece, ¿Creéis que habrá diferencias significativas entre ambas máquinas?