El 6 de Octubre 2011 | 12:50
Mientras todo el mundo sigue llorando la pérdida de Steve Jobs, CEO de Apple y gran visionario de la tecnología, en Zonared nos detenemos para recordar lo que el empresario supuso para el mundo de los videojuegos. Y resulta tener mucho más peso del que parece.
Nadie puede negar que Jobs ha conseguido marcar los pasos de la tecnología desde hace ya unos cuantos años. Apple no ha dejado de crecer gracias a su saber hacer y la gran mayoría tendremos en nuestras manos uno de sus teléfonos o reproductores de música.
Pero Steve Jobs siempre se caracterizó por pensar un poco más allá y ese sentido de la innovación le han hecho ganar un hueco en la historia de los videojuegos. Con permiso de los títulos superventas de las consolas de sobremesa, en el mundo portátil ya no se habla de Nintendo o Sony, se habla de 'Angry Birds' juegos similares, y eso ha sido en gran medida gracias a la cabeza de Jobs.
Éste decidió crear en su momento un teléfono que no sólo llamara sino que tuviera todo un abanico de aplicaciones a su disposición, y de ahí saltó al mercado el iPhone. Interminables colas después, es uno de los móviles más queridos y también se ha convertido en una de las consolas más vendidas.
¿Consola? No sólo eso, sino que ha marcado una vez más las pautas del entretenimiento portátil. Ha conseguido que un usuario prefiera un juego de menos de un euro de precio a un cartucho de 40 euros. No tendrá la misma calidad, pero vende mucho más y llega hasta crear adicción. No en vano su hermano gemelo sin teléfono, iPod Touch, es desde hoy la plataforma portátil más utilizada para jugar.
El reproductor de música ha superado ya en ventas a Nintendo DS, la gran imbatible en el terreno portátil, y con 150 millones de unidades el iPod más inteligente le arrebata el primer puesto. El iPad viene a hacer lo mismo, juegos sencillos y quizás no una maravilla gráfica, pero por fin en una pantalla más grande y con un precio igual de competitivo, pero igualmente portátil.
PS Vita y Nintendo 3DS tendrán que observar muy de cerca a los gadgets de Apple, porque les están comiendo el terreno casi sin quererlo, y quizás la App Store es ahora la plataforma más jugosa para los desarrolladores de juegos, no las grandes empresas.
Pippin, la consola de Apple
Pero si retrocedemos un poco más podemos incluso encontrarnos con que Apple llegó a experimentar con los videojuegos de forma profesional con su propia consola: Pippin. Este aparato con nombre de hobbit fue el experimento de Steve Jobs con el mundo de los juegos a mediados de los 90.
Esta consola estaba pensada no para ser vendida a través de Apple, sino que cualquier empresa pudiera licenciarla y aprovecharse del hardware pero venderla como ella quisiera. Bandai lo intentó en febrero de 1995, sacándola a la venta en Japón y meses después en Estados Unidos.
El no tener un hardware muy competitivo y sin embargo salir a la venta por la desorbitada cifra de 600 dólares cavó su tumba muy poco tiempo después. 70 juegos salieron en Japón y sólo 18 en Estados Unidos. Dos años aguantó en las tiendas con 50.000 unidades vendidas, uno de los pocos grandes fallos de Apple.
Tampoco era del todo un fracaso, consiguió compatibilidad entre los juegos de Pippin y los Macs, contó con un gran abanico de periféricos y hasta se le podía conectar una impresora.
No habrán tenido suerte en el pasado con los videojuegos, pero ahora vuelven a tener la batuta con iPhone, iPod Touch y iPad. Es muy pronto para saber qué hará el sucesor de Steve Jobs, Tim Cook, en este competitivo mercado, pero el hombre que hoy nos ha dejado le dejó un camino muy bien pavimentado.