Square Enix se ha despedido de un año fiscal que le ha dejado con un sabor agridulce a pesar de los éxitos conseguidos. La compañía ha celebrado su reunión financiera hace unos días y la conclusión a la que llega es que, si bien han conseguido crecer y aumentar los ingresos totales, los beneficios obtenidos distan de ser holgados debido al encarecimiento de los títulos que lleva a cabo y a su posterior lanzamiento.
Se le va de las manos
'Kingdom Hearts III' ha sido la punta de lanza con la que Square Enix ha comenzado 2019, uno de los títulos más esperados en mucho tiempo y que ha respondido en ventas. Pero esto no quiere decir que le haya salido rentable a la compañía, ya que su producción ha sido muy cara. Esta es la escena con la que tiene que lidiar ahora la desarrolladora japonesa, la cual ha cerrado su último año fiscal con un crecimiento generalizado, pero con una caída en sus beneficios debido lo caras que son sus producciones.
Según el informe financiero de Square Enix (vía Game Industry), sus ingresos han aumentado un 8,2% con respecto al año anterior, hasta los 2.480 millones de dólares, pero sus beneficios netos han caído un 28,5%. Esto, en palabras de los ejecutivos de la compañía "se debe a los altos costes asociados al lanzamiento de nuevos títulos", los cuales han hecho caer en picado las ganancias que pudieran obtener con su creación. En este saco se meten juegos como 'Shadow of the Tomb Raider', 'Octopath Traveler' o el ya mencionado 'Kingdom Hearts III'.
En total, Square Enix ha conseguido vender 26,55 millones de unidades sus juegos (se incluyen tanto físicos como digitales), lo que supone una subida con respecto al año anterior, en el que se vendieron 23,74 millones. A pesar de ello, la previsión para el año fiscal actual no es muy buena y se ha fijado en 18,27 millones.