Un estallido ensordecedor de aplausos es lo único que se escuchó en la conferencia de Sony después de que la compañía anunciara el precio oficial de su nueva plataforma. La atractiva diferencia de 100 dólares con su competidor directo y las características técnicas a favor de PlayStation 4, coronaron la propuesta de Sony para la nueva generación de consolas.
Una medida inteligente pero con trampa
No obstante, en lo que concierne al precio de salida, ha tenido un coste paralelo: la cámara de PlayStation 4. Según ciertos rumores, un par de meses antes a la celebración del E3 2013, la compañía decidió retirar la cámara del pack completo de la consola, advirtiendo a sus socios directos de este movimiento pero sin informarles de que supondría una rebaja en el precio por si llegaba a oídos de Microsoft. No obstante, es posible que la empresa nipona haya dañado no sólo una posible vía de comercialización del accesorio de cara al futuro, sino también uno de los atractivos más grandes del DualShock 4, el LED con sensor de movimiento.
La decisión de Microsoft de vender en el mismo pack, Kinect y Xbox One, es una medida para asegurarse de que los usuarios puedan llegar a disfrutar de la experiencia de los títulos exclusivos de su accesorio y de una serie de características interactivas adicionales. El periférico opcional de Sony tiene un valor de 59,99 euros lo que sumado al precio de salida de la consola, 399, no alcanza el desembolso total que conlleva Xbox One.