Sony, Nintendo y Microsoft se unen contra los nuevos impuestos de Trump

CONSOLAS MÁS CARAS

Sony, Nintendo y Microsoft se unen contra los nuevos impuestos de Trump

Por Juan Pedro Prat

El 27 de Junio 2019 | 10:12

Los fabricantes han escrito una carta al gobierno de los Estados Unidos para mostrar su oposición y preocupación

La guerra que Donald Trump ha empezado con China se va a empezar a cobrar sus primeras víctimas si se aprueban los nuevos impuestos a las importaciones que ha propuesto el actual presidente de los Estados Unidos. La amenaza de encarecer los aranceles a los productos que vienen del país asiático es cada vez más real, por lo que los principales fabricantes de consolas han tenido que intervenir para ver que la administración norteamericana recapacita tras ver lo efectos que podría tener en la economía de su propio país.

Unidas ante un enemigo común

La industria del videojeugo se estremece en Estados Unidos debido a la posible subida de impuestos y aranceles que el gobierno de Trump quiere aplicar a los productos que vengan de China. Esto, como ya hemos reflexionado en muchos medios nacionales e internacionales, afectaría directamente al mercado del videojuego, pues la mayoría de máquinas se fabrican en el país asiático. La determinación del gobierno norteamericano es fuerte y por eso Sony, Nintendo y Microsoft (con apoyo de la Entertainment Software Association) han escrito una carta para intentar abrirle los ojos a la administración.

Impuestos Trump

Los tres fabricantes más grandes de videojuegos del mundo han elaborado un documento de siete páginas en el que detallas los efectos que podría tener en su sector esa subida al 25% de los impuestos para productos importados de China. Según la carta, el 96% de todas las consolas se fabrican en este país y si aplica la subida, obligarán a las empresas a reorganizar su sistema de producción o mover la fabricación a otros países o a Estados Unidos. Todo ello con su respectivo impacto negativo en el sector del videojuego.

También mencionan la subida de precio que experimentarían las consolas (ya que costaría más traer los materiales) o la de empleos que podrían perderse tras esa reconfiguración del sistema de producción de las máquinas.

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