El 9 de Febrero 2016 | 20:44
Desde que tengo uso de memoria y empecé a interesarme por este mundillo de los videojuegos, nunca ha faltado en mi casa una consola de la Gran N. Desde el primer momento he disfrutado de consolas como NES, Súper Nintendo, Game Boy y un largo etcétera. Consolas que me han acompañado durante grandes momentos y de las cuales sigo guardando un fantástico recuerdo.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte la desnaturalización que ha sufrido Nintendo me tiene con la mosca detrás de la oreja, una situación que empezó con Wii, una consola que a pesar de tener un catálogo fantástico con el que disfrute de auténticas joyas como 'Super Mario Galaxy', 'The Legend of Zelda: Twilight Princess' o 'No more Heroes', me hacía preguntarme si la compañía japonesa iba por el buen camino. Algo que personalmente no veía nada claro.
Con el salto a Wii U estos temores se hicieron reales, con una máquina que me suscitaba un interés mínimo y enfocada posiblemente a un público que ya no existe, un público casual que se quedó atrapado en Wii o dio el salto a otras plataformas como las tablets.
Pero este artículo no busca hacer leña del árbol caído, y lejos de una mofa o burla va enfocado a la sorpresa y admiración que despierta en mí la compañía nipona: a pesar de que las cosas se les tuerzan o les salgan mal, siempre encuentran la forma de levantarse y reinventarse.
Una compañía peculiar
En el titular decía que Nintendo era la única compañía que puede permitirse una consola con la situación actual de Wii U. Es decir, una consola abastecida de productos de los chicos de Kioto y sin ningún tipo de apoyo por parte de las third parties.
La compañía japonesa es capaz de alimentar un sistema durante años con títulos de cosecha propia, nombres como 'Mario', 'Donkey Kong' o 'Link' que hacen consiguen darle un brillo especial al catálogo de la consola. Todo ello a pesar de que a estas alturas de la película estando en esta desastrosa situación, seguimos echando de menos apuestas más ambiciosas de la compañía como el nuevo equivalente a 'Súper Mario 64' o ese prometido 'Zelda' que debería haber salido el año pasado.
Aun así, Nintendo es la única capaz de tener una consola en esta situación y continuar generando beneficios con una jugada maestra como han sido las figuras amiibo. Todo ello sin entrar a valorar los acuerdos para llevar sus franquicias a dispositivos móviles, aunque personalmente no es el camino que me gusta que tome la gran N y espero que con NX retomen un rumbo más clásico, pero hay que reconocer que les salió redonda la jugada.
A pesar de todo esto hay una cosa que me llama muchísimo la atención: ¿Qué debe pasar para que Nintendo saque los tanques a la calle? Es decir, cómo puede ser que con una consola agonizando desde casi el primer día de vida, y teniendo algunas de las sagas más importantes e icónicas del mundo de los videojuegos no presentes algo realmente impactante que pueda darle la vuelta a la tortilla.
Lo cierto es que se me viene un nombre rápidamente a la cabeza, 'Pokémon'. Estos días he estado jugando a 'Digimon Story: Cyver Sleuth' para PS4 y me lo estaba pasando como un enano, y lo cierto es que no podía parar de pensar: "¿Por qué narices no habrá hecho Nintendo algo así con 'Pokémon y Wii U?". ¿Cuánto tiempo llevan reclamando los fans un juego de 'Pokémon' en condiciones para la consola de sobremesa puntual?
La verdad es que no entiendo como Nintendo no ha apostado por un lanzamiento de este calibre, ya que estoy totalmente convencido de que hubiera supuesto un punto de inflexión tremendamente positivo, y si no lo hemos visto en una situación como esta no creo que lo veamos nunca.
En definitiva, posiblemente Nintendo no haya salido de la mejor forma de esta generación de consolas, pero ha conseguido solventar la papeleta de forma notable, algo que sinceramente pienso que les hubiera salido mucho más caro a Sony o Microsoft si se encontrarán en la misma situación. El futuro es NX, y aunque a día de hoy es confuso e incierto esperemos que la gran N se reencuentra con la senda correcta.