DESPEDIDA FINAL

El funeral de Satoru Iwata será el día 17 de julio

Él y los suyos tendrán su último momento juntos el próximo viernes. Iwata-san tendrá entonces que despedirse de todos. Y nosotros de él.

Por Sergio Carlos González Sanz 14 de Julio 2015 | 13:20

El destino de todos es que seamos despedidos por nuestros seres queridos en un momento triste pero necesario para muchas religiones y tradiciones. El fallecimiento de Satoru Iwata a sus 55 años de edad a causa de un cáncer biliar ha provocado que la industria del videojuego, entera, se haya unido para agradecer y lamentar la pérdida de un hombre que dio todo por su trabajo.

Tras varios años luchando por salir hacia delante, el bicho consiguió salirse con la suya y como decimos el impacto ha sido brutal. Desde la Nintendo World Store de Nueva York hasta los más ilustres personajes de la industria, todo el mundo ha querido despedirse del que había ejercido como Presidente Global de Nintendo y CEO de Nintendo of America hasta ahora.

Hora de marcharse

Las últimas noticias que han salido a la luz acerca del fallecimiento es que el funeral tendrá lugar el día 17 de julio de forma privada, con los suyos, con su familia. Kayoko, su mujer, se encargará de todo y estará a disposición de aquel que quiera dar el pésame dentro de su círculo de conocidos.

Dar luz a más detalles al respecto sería algo sensacionalista, así que pensamos que lo correcto sería que los detalles de su muerte y complicaciones finales sean algo que quede en casa; no es necesario que el morbo irrumpa en esto, pues ahora Nintendo necesita pasar página seguir centrada en su trabajo, pues hay mucho por hacer. Iwata-san lo sabía muy bien.

Compañeros y amigos como Reggie Fils-Aime, Shigeru Miyamoto, Hirokazu Tanaka o Satoru Shibata han querido dejarle un mensaje público en su honor. Durante las próximas semanas, Shigeru Miyamoto y Genyo Takeda ocuparán el puesto de presidente en funciones hasta que la junta de inversores pertinente tome cartas en el asunto; hace falta un personaje dispuesto a asumir el cargo durante mucho tiempo, tal y como hicieron el resto de presidentes.