Nos enterábamos hace unos días de la gran polémica que una odiosa y gran parte de la comunidad de 'League of Legends' había generado en torno a una jugadora profesional: Maria Creveling, más conocida como Remilia. A muchos de nosotros nos avergonzó cómo se ha tratado a una jugadora por el simple hecho de ser mujer y llegar a la alta competición en el MOBA de Riot. Insultos machistas, acusaciones sin fundamento y una actitud exageradamente hostil, habían llevado a la joven de 20 años a renunciar a su carrera en los deportes electrónicos.
No obstante, la support ha sorprendido a sus seguidores (y detractores) hoy mismo. Tras un comunicado en el que aseguraba que abandonaría, que no podía seguir jugando con toda esa carga provocada por los más indeseables, Remilia ha anunciado vía Twitter que la veremos en enero... en la LCS. Ella, su habilidad y su Thresh nos esperan a partir del primer mes de 2016 en la League Championship Series de North America, aunque todavía no se ha comunicado oficialmente.
La tensión de la comunidad
Como mujer, no puedo evitar alegrarme de manera especial de esta decisión por parte de la estadounidense. Ella es una gran representante de nuestro género en una competición aparentemente masculina como es la Primera División de 'League of Legends'. Estoy orgullosa de que, no una chica, sino una persona, sea capaz de seguir luchando a pesar de todo lo que se le viene encima cuando sale públicamente. Me da muchísima vergüenza que haya gente incapaz de ver lo que vale Remilia, o lo que vale cualquiera de las mujeres que luchan por hacerse un hueco en los eSports.
Pero dejando los malos deseos a un lado, la incorporación de Maria a la LCS es un hito en nuestra historia: Ella será la primera mujer en esta liga (obviando que los Taipei Assassins contaban con una chica en su plantilla hace unos años). Después de esto, espero poder ver mucho más. No sé vosotros, pero yo quiero más mujeres en la LCS. ¿Equipos de mujeres? No. Quiero que lo que en teoría se puede hacer, exista de verdad: Los equipos mixtos. Y sin insultos, gracias.