El 6 de Septiembre 2016 | 10:23
¿Sabías que en Rusia corres el riesgo de ser encarcelado por jugar a 'Pokémon Go'? Es lo que le ha ocurrido exactamente al blogger Rusian Sokolovsky, quien se ha visto forzado a presentar un recurso legal tras ser arrestado por las autoridades de Yekaterinburg y ser sometido a prisión preventiva.
Jugaba a 'Pokémon Go' en una iglesia
La razón de su encarcelamiento no puede ser más absurda, y es que el joven de 21 años ha ido a la cárcel por jugar a 'Pokémon Go' en una iglesia. Todo comenzó cuando el blogger compartió un vídeo con fecha a 11 de agosto donde se le ve jugando a la aplicación de realidad aumentada en el interior de la Iglesia de Todos los Santos. Las autoridades de aquel lugar le acusan, en pleno 2016, de "incitamiento al odio y ataques a la libertad de fe", haciendo gala de un extremismo religioso realmente alarmante y peligroso para la democracia de un país.
Si nada cambia, el joven permanecerá en prisión hasta la llegada del jucio, que se celebrará en una fecha aún sin concretar del mes de noviembre. Y hablamos de una injusticia realmente seria, puesto que la condena, de llegar a aplicarse, no sería ninguna broma: se estaría enfrentando a un total de cinco años de prisión.
No es la primera vez que en Rusia se arresta a alguien en nombre de Dios, y alegándose "incitamiento al odio y ataques a la libertad de fe". En 2012, miembros del grupo de punk rock Pussy Riot fueron condenadas a dos años en prisión por realizar un concierto protesta en una iglesia y grabarlo en vídeo.
'Pokémon Go' también se las ha tenido que ver en otros países, por ejemplo en Irán, donde ha sido totalmente prohibido alegándose razones de seguridad.
Una vez más, por razones de lo más diversas, se pone sobre la mesa el debate de la propiedad virtual. ¿Qué espacios virtuales nos pertenecen y qué derecho tienen las autoridades de prohibirnos acceder a ellos? En Estados Unidos han llegado incluso a proponer la Ley Pidgey para multar a las compañías que ignoren las quejas de quienes dicen verse afectados por el uso de estos espacios virtuales.