El 7 de Enero 2016 | 11:35
Todavía estoy intentando digerir el precio de las gafas de Realidad Virtual que empezaron a enamorarme desde la Madrid Games Week de 2013, mi primer contacto real con la tecnología VR y posiblemente el día en que también comencé a pensar que se trataba del mayor salto en el mundo del entretenimiento que íbamos a vivir en años.
Tengo que decir que estoy decepcionado, ya no solamente por lo que se dijo en palabras oficiales de la propia Oculus sobre que "el precio de Oculus Rift rondará los 200 y 400 euros", sino porque haber puesto un precio que en euros rondará con el envío los 740 euros da vía libre a la competencia para que pongan precios disparatados.
Se les ha ido la pinza
¿Recordáis el E3 2013? Don Mattrick cavó su propia tumba con todas esas cosas que hacían de Xbox One un ecosistema cerrado y controlado para vete tú a saber qué; Sony, diciendo simplemente que íbamos a poder seguir haciendo lo mismo de siempre, se llevó la feria... y han podido hacer lo que les ha dado la gana con el precio de su consola inicialmente, ahora y dentro de dos años.
Con PlayStation VR va a pasar exactamente lo mismo. Desde Sony han debido estar esperando hasta el último momento para ponerle precio a su periférico (nueva reminiscencia al E3 2013 con el precio inicial de PS4). <<¿Qué Oculus Rift va a costar 700 euros? Entonces nosotros vamos a ponerlo por 450 cuando inicialmente lo íbamos a poner por 399. ¿Por qué? Porque podemos.>>
Al fin y al cabo, su producto será más barato que el resto. Pues adelante. La competencia es buena y siempre hace que todos ganemos, pero con el precio de Oculus la única lectura que consigo ver es que vamos a tardar mucho más de lo que pensábamos en tener esta tecnología a un precio accesible para más gente -que no para todo el mundo-, es decir, esa barrera psicológica de los 299 euros.
Lo dicho.
Sony, tienes vía libre para triunfar con tus PlayStation VR.