Si tuviera que quedarme con una franquicia que me ha dado muchas alegrías a lo largo de los años que debiera destacar, 'Pokémon' sería una fuerte candidata a ser aquella de la que hablara. Y más tras esa séptima generación que ha llegado a tocar mi corazón mucho más que cualquiera de las demás entregas. No hay lugar a dudas, 'Pokémon Sol' y 'Pokémon Luna' son mis títulos favoritos en más de veinte años de franquicia. Así que, como es lógico, esperaba con mucha ilusión 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna', que prometían ser las versiones definitivas de la séptima generación.
Ahora he echado más de cincuenta horas al título de Game Freak. He pasado en Alola un tiempo más que admirable si sumamos las horas de las versiones anteriores. Y aquí estoy haciéndome la pregunta que jamás pensé que tendría que hacerme: ¿es realmente mejor estas versiones Ultra con extras y nuevos Pokémon que las versiones originales? Y me asusta pensar que la respuesta es, al menos para mí, que no.
Más no es mejor
¿Cómo no van a ser mejores cuando es la versión con extras? ¿Es que acaso no son 'Pokémon Edición Esmeralda' o 'Pokémon Edición Amarillo' mucho mejores que los originales? Estamos ante la misma situación, ya que aquello eran también los mismos juegos con más o menos contenido adicional. Pero hay dos problemas base en ese argumento: el primero es que en el momento en el que salieron no existía tecnología que permitiera corregir y ampliar títulos como pasa hoy día. Lo segundo y más importante es que la experiencia no restaba nada a los juegos originales.
Voy a ser de los raritos y decir que el aspecto que más me gustó de mi partida de 'Pokémon Luna' fue la historia, o más bien el desarrollo de los personajes. Lilya, Lusamine, Guzmán... Todos los que pasaban por la pantalla de la Nintendo 3DS evolucionaban, se marcaban de ciertas formas y descubríamos diferentes tapas en su personalidad, incluso historias trágicas y complejas como el maltrato familiar. Se rompía con las mecánicas habituales de la franquicia y me hacían preocuparme por primera vez del Legendario de turno. Llegaban a mi corazón.
Y aquí estamos con 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna' que, extrañamente, decide omitir mucho de esto. Vuelve al fantástico título original más 'Pokémon' y se dedica a eliminar escenas clave para darnos algo diferente a la experiencia previa. Mis tres escenas favoritas del anterior juego han sido totalmente eliminadas en este, y no porque sea un juego diferente, porque todo lo demás permanece inalterado. Es mejor en mecánicas y extras, sí: minijuegos, más bichos que recolectar... Pero la historia ha decidido corregirse de mal manera, hacerla más semejante al esquema de generaciones anteriores. Eso no es para nada bueno.
Tampoco es que los hilos argumentales añadidos sean mucho mejores. ¿La Unidad Ultra, esos personajes nuevos que aparecen de vez en cuando y en teoría ampliarían el lore? Están horriblemente introducidos. No sólo no aportan nada al argumento hasta el final, sino que se les ha metido forzosamente hasta el punto de hacer el argumento incoherente. Restan todo el misterio que envuelve a los Ultraentes y cuando hablamos con un personaje que lleva años investigando sobre el tema de que hemos visto por primera vez un Ultraumbral queda anulada toda credibilidad porque añadimos que también hemos conocido a otros seres humanos de otra dimensión. Lo más normal del mundo: hay alienígenas en Alola y han hablado con nosotros, pero no pasa nada, es de lo más corriente.
Lo que realmente se salva del título es el fantástico Episodio Rainbow Rocket, pero el gran problema de este contenido adicional es que debería haber sido un DLC. Hay que terminar todo el juego base, que pueden ser más de treinta horas de aventura, para poder acceder a este capítulo. Y es muy bueno, lo recomiendo a todos los amantes de la franquicia, pero la tecnología para que se tratara de algo aparte y que se añadiese al juego original existe desde hace tiempo.
'Pokémon' me ha decepcionado con estas dos entregas, aunque tampoco de manera grave. Todo es perdonable si Game Freak ha aprendido y en Nintendo Switch esa futura octava generación toma el ejemplo de actualizar los juegos mediante parches, no por juegos completos relanzados. Así también podríamos evitar alienar a cierta parte de la comunidad que no está interesada en comprar el mismo juego de nuevo en el plazo de sólo un año. Esto queda como deberes pendientes.