Cuanto más tiempo pasa más evidente es que la influencia de 'Batman Arkham'. El sistema de combate que ha patentado Rocksteady se ha convertido en el modelo a seguir para los enfrentamientos cuerpo a cuerpo; el protagonismo depositado en las expresiones de los personajes con secuencia dominadas por primeros planos, y la conjunción perfecta de mecánicas diferentes en un mundo abierto: combate, exploración, sigilo... Un popurrí incuestionable que encuentra repercusión en prácticamente el 100% de juegos en tercera persona que han visto la luz en los últimos años: 'Mad Max', de Avalanche, lo hablábamos hace no mucho, bebe con ímpetu de las aportaciones del Caballero Oscuro.
Sin embargo, en Polonia también gusta 'Arkham'. El juego del momento es 'The Witcher 3: Wild Hunt', la obra de CD Projekt se impone como juego capital e ineludible en nuestra colección, pero resulta sorprendente como, a pesar de cambiar radicalmente de género, las reminiscencias de 'Batman Arkham' no dejan de asaltarnos al meternos en el pellejo del brujo.
Cara a cara
El sistema de combate de 'The Witcher 3: Wild Hunt' aparentemente tiene poco que ver con el que ofrece 'Batman Arkham', pero sólo son apariencias. Si Rocksteady nunca hubiese firmado su estilo brawler, 'The Witcher' probablemente sería diferente a como es. En un juego de rol el peso del éxito suele recaer sobre las stats, y cuando elementos colindantes toman protagonismo en el cara a cara, siempre hemos visto, 'Dragon Age' es el ejemplo, como es el componente estratégico lo que gana prevalencia. Sin embargo, en 'The Witcher' es nuestra habilidad a los mandos es en buena medida la que marca el progreso. Los enfrentamientos en 'The Witcher 3' no son tan medidos como los de From Software, ni tan rápidos como los de Platinum Games, son en ritmo y en buena parte la forma de Rocksteady.
Pero lo mejor de 'The Witcher' es que Geralt de Rivia no es un hombre de su tiempo. Las obras de fantasía suelen caer sin piedad en lo presuntuoso del costumbrismo centrándose tanto en las formas, que terminan por ser pobres en el fondo. 'The Witcher 3' es más humano, igual que Tarantino lleva historias de western a otros contextos, como 'Malditos Bastardos', CD Projekt hace de Geralt un antihéroe de nuestro siglo inmerso en un mundo de fantasía. Al final, nuestro protagonista es un detective privado, un Caballero Oscuro de otro tiempo, y lógicamente, un investigador nato. El modo detective de 'Batman' es 1:1 con los "Instintos de Brujo" de Geralt de Rivia. CD Projekt consigue con estas fases de investigación a base de instintos lo que hace Rocksteady en Arkham, romper la rutina de combate tras combate pausando el juego, algo que en un mundo abierto es fundamental.
Quizá ahora sea más difícil hacer el ejercicio de comparación entre 'The Witcher 3' y 'Batman Arkham', cuando estéis jugando dentro de un mes a 'Batman Arkham Knight' volved a este artículo.