El mercado latino siempre ha supuesto uno de los más infravalorados por las grandes empresas a pesar de los usuarios potenciales que se pueden encontrar en él. Esta falta de interés por parte de las grandes empresas en él ha estado motivada en muchas ocasiones por las grandes cargas financieras que los gobiernos locales imponen a las empresas extranjeras o al ocio electrónico, al que ha inclinado la balanza de Nintendo a abandonar el país.
Altas cargas impositivas
La compañía ha enviado un comunicado en el que anuncia que dejará de comercializar tanto sus plataformas como sus títulos de forma oficial en todo Brasil, alegando que las cargas que impone el gobierno para la distribución del ocio electrónico no son actualmente asumibles por la compañía, de ahí su marcha del mismo a pesar del mercado que ya habían conseguido afianzar desde el lanzamiento de sus últimas plataformas.
El máximo responsable de la compañía para América latina, Bill van Zyll, explica en el comunicado que "Brasil es un mercado importante para Nintendo y el hogar de muchos aficionados apasionados pero desafortunadamente numerosos desafios en el entorno empresarial local han hecho que nuestro modelo de distribución actual sea insostenible en el país", añadiendo que "estos desafíos incluyen altos aranceles a la importación que se aplican a nuestra industria y nuestra decisión de no tener una operación de fabricación local. Trabajaremos en conjunto con "Juegos de Vídeo Latinoamérica", para hacer un seguimiento de la evolución del entorno empresarial y evaluar la mejor manera de servir a nuestros aficionados brasileños en el futuro".
A pesar de su presencia en el mercado, algunos servicios de Nintendo no se encontraban operativos en el país, como la eShop de Wii U, impidiendo así a muchos usuarios, no sólo acceder al catálogo disponible en tienda, sino también a las actualizaciones y mejoras de títulos que sí han sido lanzados en el país.