Un británico de 38 años, llamado Sam Ghera, registró sus datos de la tarjeta de crédito para que su hijo de 12, Nik, pudiese jugar a través de Xbox Live con sus amigos pagando la suscripción de 5,99 Libras que cuesta en el Reino Unido. Su sorpresa fue enorme cuando al ir a sacar dinero a un cajero descubrió que no tenía fondos.
No, no. Si esto es gratis papá
En banco le dijo que los gastos eran totalmente legítimos y en la factura descubrió que su despistado hijo había estado gastando enormes cantidades de dinero en la plataforma digital de Microsoft con mejoras y expansiones para juegos como 'Call of Duty' o 'FIFA', pensando inocentemente que lo que invertía eran puntos ganados al jugar.
Sam Ghera sigue intentando tras 6 meses que Microsoft le devuelva ese dinero, pero está más preocupado por informar a todos los padres de que tengan cuidado para que esto no les pase a ellos.