Últimamente son cada vez más los rumores que apuntan a que una de las sorpresas que tiene preparadas Microsoft para el próximo E3 de Los Ángeles, será un nuevo modelo de Xbox One. Acto seguido a mí se me viene una pregunta a la cabeza: ¿Necesita Microsoft una Xbox One Slim? Y para mi sorpresa, resulta que la respuesta es un sí como una casa.
La historia de Xbox One ha sido convulsa desde un principio, ya que desde el primer momento las cosas empezaron torcidas, con una comunidad que rechazaba las medidas que proponía la compañía y que acabo con un cambio de mando en la división Xbox. Phil Spencer tuvo que luchar como un jabato, presentando muchas novedades y un magnífico catálogo de juegos que han encandilado a sus fans, pero que no han conseguido captar al gran público.
Las ventas de Xbox One sin embargo no son malas si las analizamos aisladas de la competencia, ya que supera bien a su predecesora, una Xbox 360 que posiblemente tenga uno de los mejores catálogos de una máquina a día de hoy.
Cambio radical
Llegados a este punto muchos pensaréis, ¿qué tiene que ver esto con un nuevo modelo de Xbox One? Microsoft está haciendo campaña desde finales del año pasado sobre lo que será el mejor line up de la historia de Xbox, ¿y qué mejor manera que estrenar este gran acontecimiento con un cambio de look.
Todos sabemos a día de hoy, que la compañía optó por una consola de bastantes más dimensiones que su competencia para evitar problemas de sobrecalentamiento como los que sufrió Xbox 360, algo que en su momento yo aplaudí y me pareció incluso lógico.
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Pero en este mundillo todo cuenta, y quien te dice que un diseño más compacto, más atractivo, no puede conseguir captar la atención de mucha más gente. Al fin y al cabo hoy en día se mira todo con lupa y es relativamente sencillo encontrar todo tipo de informaciones al respecto.
Lo que si me atrevo a descartar desde ya mismo, aunque luego pueda tener que comerme mis palabras, es que Microsoft lance una versión slim de Xbox One que mejore técnicamente la máquina actual, algo así como una New Nintendo 3DS. Obviamente la consola tendrá un menor consumo, posiblemente sea más fluida al navegar por los menús, se inicie más rápido... Pero no tendría ningún tipo de sentido añadirle un hardware más potente ya que sería como crear una tercera plataforma y dividir a la comunidad, vamos un auténtico desastre.
Así que la cosa acabaría así: Xbox One Slim SÍ, "New" Xbox One NO.